El pueblo medieval mejor conservado del mundo está en España: tiene menos de 360 habitantes

La villa medieval mejor conservada del mundo está en España, escondida en lo más profundo de Castilla y León, en la provincia de Segovia. Con la Sierra de Guadarrama como fondo, se trata de una ciudad con las casas, el empedrado y la puerta de acceso que tenía durante la Edad Media. Su perfecto estado y el reflejo fiel de la historia por sus calles le ha valido la consideración de Conjunto Histórico en 1951. Los pueblos medievales tienen un gran peso en nuestro país, mostrando una historia en sus calles que refleja el paso de los siglos.

Detrás de sus murallas del medievo, hay unos 350 vecinos que como único punto de acceso a la ciudad tienen un pórtico muy antiguo, que ha visto pasar los siglos y que ahora, tras unas últimas restauraciones, muestra también su pasado mudéjar. Este pueblo medieval está perfectamente situado, se encuentra a poco más de 100 kilómetros de Madrid por lo que se convierte en uno de los destinos turísticos más codiciados, como resalta ‘Viajar’, lejos de los balnearios y las aguas termales que ocupan también puestos muy altos en las preferencias de los turistas.

Y en este sentido, a la hora de viajar, es un buen sitio porque conserva la arquitectura, la historia que le convierte en único y original y cómo no, la posibilidad de disfrutar de un entorno natural privilegiado.

Casas de la Edad Media en pleno siglo XXI

Uno de los encantos de la localidad de Pedraza en Segovia es que, con sólo unos pasos, el viajero está dentro de la Edad Media. Las casas bajas con la estructura típica, el empedrado de las calles o las mismas murallas transportan al turista al corazón de las novelas de caballería, los torneos o las mesas redondas de los caballeros del rey.

Lo primero que se encuentra el visitante en esta encantadora villa es la llamada Puerta de la Villa. No se puede entrar a la ciudad por ningún otro sitio. Data del siglo XI y fue restaurada en el XVI. Y nada más poner un pie en la ciudad, se abre un impresionante laberinto de calles empedradas y casas imponentes en las que prima la forja y los escudos heráldicos, herencia de las familias que habitaron Pedraza.

Adentrándose en estas calles, se desemboca en la Plaza Mayor, donde se encuentra la mayor concentración de edificios medievales y que, en verano, se llena de luces de velas. Pero hay otros monumentos y construcciones que vale la pena ver y disfrutar.

Un castillo majestuoso con unas impresionantes vistas

El castillo de Pedraza es uno de los puntos obligados para el viajero. No sólo por una historia repleta de batallas o de encierros de personajes ilustres de la época, como los hijos de Francisco I, rey de Francia. 

A lo largo del tiempo, ha ido albergando a diferentes familias tras una restauración que se llevó a cabo en el siglo XV cuando se mejoró su apariencia, dejándolo como se muestra ahora. Fue construido en el siglo XIII y desde entonces ha visto pasar por sus puertas importantes capítulos de la historia. 

Ahora, en sus instalaciones hay una exposición de Ignacio de Zuloaga, que compró el castillo en 1926, restaurándolo. Subiendo a la Torre del Homenaje se podrán ver las mejores vistas de la ciudad. Un momento único que vale la pena grabar para siempre.

Un templo románico del siglo XIII

En el centro de esta pequeña ciudad medieval hay una iglesia románica, edificada en el siglo XIII y dedicada a San Juan Bautista. Tiene un campanario muy llamativo y repleto de historia. Puede verse desde cualquier punto del pueblo, lo que lo hace aún más atractivo. 

Pero, los que quieran hacer turismo en esta villa, deben entrar en el templo para maravillarse con un retablo del barroco y unas pinturas que reflejan los años de oro de este pequeño pueblo segoviano.

Qué comer en Pedraza: el cochinillo como plato estrella

La gastronomía segoviana tiene una clara bandera, que exporta por toda España. El cochinillo segoviano es conocido por su ternura, y porque es el favorito de quienes acuden a esta histórica ciudad. En la Edad Media también se consumía por lo que es un plato típoco en Pedraza. 

La cocina en horno de leña, los guisos, los embutidos y quesos así como los vinos locales son el emblema gastronómico de esta localidad. Y una vez terminado el almuerzo, los visitantes podrán disfrutar de paseos tanto por la misma ciudad como por el entorno natural, con la Sierra de Guadarrama como punto más destacado.