Desde las calles de Madrid hasta los mercados de Barcelona, las réplicas de camisetas falsas de fútbol inundan el mercado. El auge de esta actividad ilícita responde a la alta demanda que existe entre los aficionados, especialmente cuando un equipo tiene una temporada importante o un jugador sobresale por encima de los demás.
La popularidad de las prendas deportivas en el mercado de la falsificación es tal que, según una encuesta de la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea, más del 50% de los jóvenes entre 15 y 24 años afirma haber comprado alguna vez una.
Por qué las camisetas falsas de fútbol siguen ganando terreno
Las camisetas falsificadas, que suelen venderse muy por debajo del precio de las originales, se convierten en una opción accesible para muchos, pero esconden detrás un entramado que afecta a toda la industria del fútbol.
Según datos de la Federación Española de la Industria Textil (Texfor), la venta de productos falsificados relacionados con el deporte mueve en España cientos de millones de euros al año. Esta cifra refleja no solo las pérdidas directas para clubes y fabricantes, sino también un daño colateral a la economía legal, que ve cómo se reducen ingresos fiscales y empleos.
Las sanciones contra la falsificación en España se han endurecido en los últimos años. La Ley de Propiedad Intelectual y la normativa contra la piratería contemplan penas de multa y hasta prisión para quienes producen y distribuyen estos productos.
Firmas como Nike, Adidas y Puma son, sobre todo, las compañías más afectadas por la relevancia de los equipos a los que diseñan sus equipaciones. Para estas empresas, la actividad ilegal de los falsificadores genera un impacto en su facturación de en torno al 7%.
Las imitaciones hacen que resulte “casi imposible” distinguirlas de las oficiales
"Luchamos contra auténticas redes profesionales. Cuentan con equipos de abogados que registran sus propias marcas falsas, copias de las nuestras, para protegerse ante los jueces. Actuamos de una manera muy reactiva", señalan las marcas al diario ‘El País’.
Ya lo desveló el programa ‘Equipo de Investigación’, de LaSexta, en una emisión donde llegaron a analizar, junto a un laboratorio textil, las diferencias entre camisetas oficiales de fútbol y sus imitaciones.
El resultado dejó claro que las réplicas de estas prendas son cada vez de mayor calidad. "En la falsificación se puede ver que empieza a saltar lo que es el estampado. En la camiseta oficial, el logo de la Champions, de la UEFA Foundation, se está empezando a despegar. En cambio, en la supuesta falsificación, no", explicaron ante las cámaras del programa.
De hecho, en una de las muchas incautaciones de camisetas falsas que la Policía Nacional realizó en los últimos meses a pie de calle en Madrid, dejaron ver que la perfección de estas imitaciones llega al punto de que “resulta casi imposible” distinguir una de estas prendas de la oficial.
“Las falsificaciones de camisetas de fútbol cada vez son mejores, son casi perfectas”, dicen los agentes en uno de los vídeos que recoge ‘El Mundo’. Tanto, que ya no se distinguen -como solía suceder antes- a simple vista de las originales que se venden en la tienda del Santiago Bernabéu.
Los materiales y la fabricación, claves
Claro que el precio es mucho más asequible: si bien la camiseta oficial del Real Madrid está a la venta por 100-120 euros, en el caso de las falsificaciones su precio no llega a superar los 35 euros en ninguno de los puestos ambulantes y espacios preparados para ello.
No obstante, la principal diferencia radica en los materiales y la fabricación. Las camisetas oficiales están hechas con tejidos de alta tecnología que favorecen la transpiración, la ligereza y el confort durante el uso prolongado, especialmente cuando se utilizan para la práctica deportiva. Estos materiales son resistentes, mantienen los colores vibrantes y tienen costuras reforzadas para una mayor durabilidad.
En el pódcast de la Cadena SER ‘Código de Barras’, algunos jóvenes que tienen por afición coleccionar camisetas de sus equipos favoritos sintetizaron, en pocas palabras, el éxito de un fenómeno que mueve millones de euros cada año. “Sale barato”, dicen. “Las modas duran muy poquito, la diferencia no es tan grande”.
De la misma forma que con las originales, la gran mayoría de las camisetas de equipos de fútbol falsificadas se fabrican en China. Como mencionó la Policía Nacional, a los importadores cada prenda les cuesta “entre 10 y 15 euros, y en la calle su precio suele rondar los 25 euros”. El precio final se acaba fijando por variables como la demanda, el regateo, la calidad del producto y si estamos a finales o a principios de competición, como sucede ahora.
Por último, cabe destacar que, si bien hoy en día la mayoría de las ventas se siguen realizando a pie de calle de manera fraudulenta, desde hace tiempo ha proliferado el negocio a través de internet. Bien pueden tratarse de pequeñas páginas online que ofrecen sus productos como réplicas o, en otras ocasiones, de emplazamientos en internet de camisetas falsas.

