En plena Navidad los repartidores se multiplican y los portales se llenan de cajas con regalos, y recibir un paquete inesperado puede parecer un simple error logístico o incluso una sorpresa adelantada. Sin embargo, detrás de esos envíos no solicitados puede esconderse una práctica fraudulenta cada vez más habitual en el comercio electrónico, el brushing.
El Instituto Nacional de Ciberseguridad (INCIBE) advierte que este método, que suele intensificarse en periodos de alta actividad comercial como las fiestas navideñas, consiste en el envío de productos, generalmente de bajo coste, a personas que nunca los han pedido. El objetivo no es obsequiar al destinatario, sino manipular los sistemas de valoración de las plataformas, desde los gigantes consolidados como Amazon hasta las aplicaciones de compra de bajo coste como AliExpress, Temu o Shein, y mejorar artificialmente la reputación de determinados vendedores.
Para llevar a cabo el fraude, los estafadores crean cuentas falsas y realizan compras utilizando datos personales reales, como el nombre y la dirección postal de la víctima. Una vez confirmado el envío, publican una reseña positiva en su nombre, simulando una experiencia de compra inexistente. “El hecho de que un vendedor disponga de esos datos ya indica que han sido utilizados sin consentimiento”, subraya el INCIBE.
Los riesgos que esconde un paquete no solicitado
Más allá del engaño en las valoraciones, la recepción de estos paquetes implica riesgos adicionales. El envío confirma que la dirección es válida, lo que facilita su reutilización en futuras estafas o intentos de suplantación de identidad. Además, algunos de los productos recibidos pueden no cumplir con las normativas de seguridad o calidad, lo que supone un peligro añadido para el consumidor.
Ante esta situación, el instituto recomienda no abrir ni utilizar los artículos recibidos si no se ha realizado el pedido y contactar con la plataforma de comercio electrónico para informar del envío y comprobar que no existen compras no autorizadas asociadas a la cuenta. También aconseja cambiar contraseñas, activar alertas de seguridad en servicios bancarios y digitales y vigilar de forma periódica la posible exposición de datos personales en internet.
Qué hacer si llega a casa un paquete que no se ha pedido
En caso de sospecha de fraude, los usuarios pueden denunciar los hechos ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o solicitar asistencia gratuita a través de la Línea de Ayuda en Ciberseguridad del INCIBE (017), disponible por teléfono y mensajería instantánea.
Aunque el brushing puede producirse en cualquier época del año, el INCIBE subraya que la Navidad reúne las condiciones ideales para que pase desapercibido, ya que hay un aumento masivo de pedidos, envíos constantes y una mayor relajación del consumidor.
La respuesta de Amazon ante los casos de ‘brushing’
Amazon reconoce la existencia de este tipo de prácticas y recuerda que sus políticas prohíben expresamente a los vendedores externos enviar paquetes no solicitados a los clientes. La compañía explica en su web que, cuando un usuario recibe un pedido que no ha realizado y que no corresponde a un regalo, puede tratarse de un caso de brushing.
En estos casos, la empresa recomienda comprobar previamente que el paquete no haya sido enviado por un familiar o conocido y, si se descarta esa posibilidad, comunicar el envío a través de sus canales de atención al cliente o mediante el formulario específico para paquetes no deseados. Si el paquete está dirigido a otra persona desconocida, Amazon aconseja contactar igualmente con su servicio de atención al cliente para que el caso sea derivado a su equipo de investigaciones.
Según detalla la compañía, para facilitar la investigación puede ser útil aportar información como el número de paquetes recibidos, algún código de seguimiento o, de forma opcional, una imagen de la etiqueta de envío. Amazon subraya que no es necesario devolver el producto para que se analice la denuncia y asegura que, cuando se detectan comportamientos fraudulentos, puede suspender o retirar los privilegios de venta, retener pagos e incluso colaborar con las fuerzas de seguridad.

