Bill Gates entra a escena en uno de los debates candentes de primer orden mundial: el de la transición energética y la amenaza tangible del cambio climático. Según la NASA, la temperatura global de la Tierra ha aumentado en los últimos 50 años cerca de 0,76 grados centígrados. Y se espera que en los próximos diez, el fenómeno se intensifique, llegando a un aumento de 1,5.
La mejor prueba, más concretamente en España, es el hecho de estar atravesando uno de los veranos más calurosos de siempre, con ola de temperaturas extremas incluida. Es una de las consecuencias. Por ello, el confort término, o el invertir recursos económicos y energéticos en convivir con temperaturas que dificultan el día a día, realza el valor del aire acondicionado.
Sin embargo, a pesar de que ni la mitad de los españoles poseen aire acondicionado, ya representa el 4% de las emisiones de efecto invernadero. Una forma de tener constancia de su impacto. Así, el Gobierno ya ha limitado obligatoriamente la temperatura en verano a los 27 grados y en invierno a los 19 hasta noviembre de 2023 como parte de las medidas de ahorro y eficiencia energética. Es una de las muchas regulaciones estatales por su considerable impacto climático, que se espera en aumento en los próximos años.
La última iniciativa de Bill Gates
El mundo se calienta progresivamente y parece dispuesto a pagar el precio que sea para evitarlo. No solo los gobiernos de los distintos países se han puesto manos a la obra, también el sector empresarial, que se ha unido al mismo camino, el de encontrar el método más eficiente para climatizar con las menores emisiones posibles a la atmósfera.
El Laboratorio Nacional de Energías Renovables del Departamento de Energía y el Centro de Investigación de Palo Alto de Xerox evidenciaron a través de un estudio que los sistemas de refrigeración masivos como el aire acondicionado emiten 531 millones de toneladas de dióxido de carbono al año y 599 millones de toneladas al eliminar la humedad del aire.
Con el objetivo de hacer el aire todo lo frío y menos húmedo posible, con tal de que sea más confortable, el ciclo de compresión de vapor que utilizan los aparatos de aire acondicionado poseen sustancias químicas que acaban dañando la capa de ozono y contribuyendo al calentamiento global.
Aquí entra en juego Bill Gates. Después de realizar una sustancial inversión en su propia fundación filantrópica, el cofundador de Microsoft inyectará 20 millones de euros en Blue Frontier, una de las start-up más prometedoras en mezclar aires acondicionados ecológicos, con un impacto casi silencioso en el medio ambiente. ¿Cómo? Utilizando una solución salina como desecante líquido para la refrigeración, permitiendo reducir tanto las sustancias químicas que son consideradas nocivas como la factura de la luz.
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