Observa fijamente la imagen de arriba, focalizando tu punto de visión en el núcleo del agujero negro. ¿Tienes la sensación de que se fuera expandiendo y haciéndose cada vez más grande en cuestión de segundos? Es uno de los últimos retos que han viralizado las redes sociales. Más que reto, un experimento, porque no todo el mundo es capaz de experimentar la sensación descrita anteriormente.
Esta ilusión óptica, bautizada como la del agujero negro en expansión y que ha sido elaborada y publicada por la revista ‘Frontiers in Human Neuroscience', la experimenta el 86% de la población, según constataron los autores del estudio: Bruno Laeng, Shoaib Nabil y Akiyoshi Kitaoka.
Estos también explican el mecanismo que hay detrás de una simple imagen que parece adquirir tintes casi mágicos por su espejismo de movimiento. “Algunos patrones estáticos evocan la percepción de una región central ilusoria en expansión o "agujero"”, señala el estudio. En este caso, ese patrón con evocación de movimiento se forma con una elipse negra rodeada con una aureola degradada sobre un tapiz blanco con pequeñas elipses también negras. ¿Cómo es capaz de engañar esto a la mente?
La explicación científica del agujero negro en expansión
Tal y como recoge las conclusiones del documento, cuando una persona mira fijamente durante al menos unos segundos el centro de la elipse grande, esta comenzará a oscurecerse y a expandirse hacia fuera. La ilusión miente a la mente para que vea un cambio en el brillo que en realidad no existe.
“El agujero en expansión es una ilusión altamente dinámica” explica Bruno Laeng , psicólogo de la Universidad de Oslo en Noruega. ”Como si el observador se dirigiera hacia un agujero o un túnel”, agregó Laeng, que trata de ilustrar con este ejemplo la reacción natural cerebral que se produce cuando la luz cambia o está a punto de hacerlo.
La metáfora del túnel
“La ilusión del agujero en expansión provoca una dilatación correspondiente de la pupila, como sucedería si la oscuridad realmente aumentara. Esto demuestra que la pupila reacciona a cómo percibimos la luz, incluso si esta luz es imaginaria”, indica Laeng. Por ello la metáfora realizada con el túnel o la cueva. Cuando el cerebro anticipa que va a cambiar la intensidad de la luz, manda una señal a las pupilas para que se contraigan o expandan con tal de adaptarse al cambio del entorno.
“Estos hallazgos pueden explicarse dentro de una explicación de percepción del presente de las ilusiones visuales, donde tanto el movimiento ilusorio como los ajustes pupilares representan mecanismos compensatorios para la percepción del próximo momento”, añade el estudio, que indica que la ilusión óptica generada por este agujero negro en expansión provoca esta reacción natural en el cerebro, que siente de verdad como si la persona se estuviera moviendo en un espacio oscuro real.
Ese cambio en las pupilas lo registraron con cámaras especiales para rastrear los movimientos oculares de los observadores mientras miraban la ilusión. Estas mostraron que las pupilas se expandían en la misma proporción que la aureola de la elipse negra central.
Sin embargo, no se encontró causa alguna directamente relacionada con la explicación de por qué un pequeño porcentaje de las personas incluidas en el estudio no observaron movimiento alguno al apreciar la imagen. Comprobarlo en animales, según afirman, será su próximo paso.
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