Ventilar y refrescar correctamente tu casa en verano o en los días de calor no solo ayuda a renovar el aire, sino que es clave para combatir dos de los enemigos más silenciosos de la salud y el confort: el moho y la humedad, así como otras partículas que circulan por el aire. Y hacerlo en según qué hora del día puede hacer que se haga más efectivo para tener un hogar más limpio y fresco. Y el mejor momento es hacerlo por la mañana temprano, a primera hora.
Porque ventilar la casa es una tarea que permite expulsar al exterior parte de ese aire viciado o concentrado que se acumula en las estancias de la casa y que de otro modo estaríamos respirando continuamente día tras día. El objetivo principal es reducir la concentración de CO2 y refrescar el aire eliminando sustancias y partículas que se encuentren en él disueltas y que puedan ser potencialmente molestas o perjudiciales para la salud.
Ventilar y refrescar la casa en verano es fundamental
De hecho, mantener las ventanas cerradas puede aumentar el riesgo de afecciones respiratorias, así como empeorar enfermedades como el asma y producir dolores de cabeza, irritación de garganta o mareos. La ventilación de todas las estancias de la casa es esencial durante todo el año para liberar las toxinas que se acumulan a diario en el hogar y, así, evitar un ambiente cargado con malos olores y bacterias.
Con todo, y para ventilar de manera adecuada, cabe saber que siempre que exista la opción de usar aire natural hay que dirigirse a ello. Nada de aire artificial como aparatos, ventiladores o extractores. El objetivo es crear corrientes cruzadas, es decir, corrientes de aire natural que se muevan dentro de la casa.
El momento idóneo es la primera hora de la mañana
Ventilar la vivienda habrá que hacerlo de una forma determinada porque mantener las ventanas abiertas todo el día puede jugar a la contra. Por eso, se debe hacer durante periodos de tiempo de entre 10 y 20 minutos. En verano lo recomendable es hacerlo a primera hora de la mañana, entre las 7 y las 9 horas, cuando el ambiente aún es más fresco; o bien durante la última hora de la noche, cuando el aire es más fresco.
Una vez abiertas las ventanas durante la primera hora de la mañana para que entre una corriente fresca y se ventile el hogar, es importante bajar las persianas a media altura o cerrar estores, especialmente en aquellas ventanas con mayor exposición solar. Esta es una estrategia que limita la entrada de calor y evita el sobrecalentamiento de las estancias durante las horas centrales del día.
Cómo es la mejor forma de ventilar la casa
En viviendas de varias plantas, es recomendable priorizar la ventilación en los pisos superiores, pues el aire caliente tiende a acumularse en esas zonas. Además, el uso de ventiladores puede contribuir a redistribuir el aire y mantener el confort térmico por la noche.
Si esto lo seguimos por estancias como el salón o las habitaciones que dispongan de ventanas, los dormitorios son una de las zonas donde es imprescindible ventilar al levantarse por la mañana. Esto, para renovar el aire acumulado durante las horas de sueño. Porque aunque es imposible evitar la acumulación de ácaros en los diferentes cuartos, debemos ventilar también a diario para intentar controlarla lo máximo posible.
Por otra parte, para que el calor no se acumule dentro de casa, los expertos de inmobiliarias como Weiss Immobilien aconsejan tapar con toldos, con persianas o con cortinas las ventanas durante las horas del día en las que las temperaturas son más altas. "Cuando la luz atraviesa el cristal, la energía se convierte en calor", apuntan.
Por último, se sabe que cuando hay una ola de calor, el descanso nocturno también puede verse seriamente afectado. Para dormir bien, los expertos aconsejan no cambiar la rutina, ni siquiera estando de vacaciones. "Mantener una rutina de sueño regular, acostándose y levantándose a la misma hora todos los días, puede ayudar a estabilizar los ritmos circadianos", mantienen desde el Instituto del Sueño (IIS), clínica especializada en medicina del sueño.
