En los últimos años, hemos adquirido más conciencia sobre la alimentación y los efectos que esta puede tener para nuestra salud. Por ello, no es de extrañar que la ingeniera de alimentos Karen Cortés se haya hecho viral al explicar, como profesional los alimentos que nunca consume y las razones científicas que se encuentran detrás de cada uno.
En primer lugar, evita consumir “cualquier alimento que tenga un hongo, por muy pequeño que sea”. Sobre esto, advierte de que “aunque cortes la parte visible del hongo, su estructura invisible ya se extendió dentro del alimento. Lo que vemos muchas veces como pelusa en la superficie es solo la parte aérea del microorganismo”. Asimismo, señala que “algunos hongos producen toxinas que no se eliminan con calor ni al cocinar ni al hornear y son catalogadas peligrosas por pertenecer al grupo uno de cancerígenos”.
Junto a este, se encuentra la leche sin pasteurizar. Aunque puede parecer “súper natural”, Cortés explica que si la leche no se pasteuriza, significa que no pasó por un proceso de eliminación de microorganismos patógenos como Listeria monocytogenes o Escherichia coli, que causan infecciones graves, “especialmente en embarazadas y niños”. La posterización, indica, “es un proceso clave en la inocuidad de los lácteos”.
Jamás come pescado descongelado en temperatura ambiente
En tercer lugar, esta ingeniera de alimentos asegura que “jamás” come pescado que fue descongelado a temperatura ambiente. ¿La razón? Cortés advierte de que “las bacterias como clostridium, listeria, monocytogenes o salmonella se multiplican cada 20 minutos, sobre todo en alimentos crudos, ricos en proteína y con alto contenido de agua, como es el caso del pescado”.
Además, señala que el rango de peligro de temperatura va entre los 5 y los 65ºC, “así que hay muchos factores en contra”. Por ello, explica a todos los usuarios que no debemos olvidar que la descongelación siempre se debe hacer en el refrigerador y bajo los 5 °C.
En último lugar, indica que no consume lechuga sin desinfectar. “Aunque venga limpia o se vea bonita, la lechuga puede tener residuos de tierra, heces o incluso Escherichia coli”. Por esta razón, “no basta con lavar, debes desinfectar y la recomendación es utilizar un tercio de cucharadita de cloro por litro de agua o producto específico de desinfección con grado alimentario”, si bien hay que leer las instrucciones de uso de estos productos.