Todos deseamos tener una buena vejez. Poder cumplir muchos años, pero con salud. Bernadette, sin ninguna duda, puede decir que ella lo ha cumplido con creces. Y es que el pasado 9 de junio cumplió ni más ni menos que 100 años. Un siglo de vida. Enorgulleciéndose de que todavía es autónoma. Sí, se levanta sola, se asea sola, va a comprar y se hace la comida. Además de que sigue teniendo una mente muy inquieta.
Recientemente, ha querido compartir los “secretos” de su longevidad para el podcast “Les gens du coin” (“la gente del lugar”), así como claves de su rutina. En primer lugar, practica ejercicio físico, modesto pero constante. Por la mañana, hace un poco de gimnasia, como levantar los brazos, levantar las piernas, agacharse, levantarse e intentar mantenerse en un pie. Normalmente los suele hacer en su terraza, agarrándose de la barandilla para evitar caerse, asegurando que las caídas son su “terror”.
Esto lo acompaña de caminatas. Con su andador, suele hacer unos 3 o 4 kilómetros. Además, todos los martes y algunos sábados va al mercado, a menudo sola, subiendo una cesta del mercado de camino a casa. Todo un desafío que se esfuerza por no dejar de hacer: “mientras pueda, lo haré”.
Come lo mismo todos los días
En la rutina de Bernadette, natural y residente en Bretaña (Francia), hay algo que llama especialmente la atención y es que todos los días come sopa de verduras, que prepara ella misma con las verduras frescas que compra en el mercado, según la temporada. No obstante, también se da algún pequeño capricho, consumiendo con frecuencia queso de cabra “a la hoja”, que le gusta porque es “un poco graso”, si bien su hija cree que debería dejarlo por su alto contenido en grasa.
Como ella misma reconoce, se “mantiene” gracias a su disciplina con el ejercicio y la dieta, aunque tiene una buena genética. También destaca que nunca ha fumado y ha bebido muy poco alcohol, tomando solo un poco de vino de vez en cuando. Su hija también cree importante el hecho de que Bernadette no haya perdido interés por el mundo, mostrando una especial conciencia con el ecologismo. “Se proyecta todavía en el futuro por completo”, relata, asegurando que tiene opiniones sobre la vida política y el futuro “como si tuviera 20 años”.
A lo largo de su vida, no cultivó un oficio en sí, fue ama de casa y su trabajo, además de mantener el hogar, fue cuidar de sus 6 hijos. También realizó varias actividades de voluntariado, siendo catequista durante mucho tiempo y ocupándose de un club deportivo de patinaje durante 25 años.
Bernadette también afirma que cree en la vida después de la muerte, lo que le ayuda a tener una perspectiva positiva y reconfortante, expresando que sería “demasiado triste” que no hubiera nada más allá. Aunque sabe que llegará el día en que sus capacidades físicas disminuirán, mientras pueda hacer algo, lo considerará un desafío. Una filosofía que también le ha ayudado a alcanzar el siglo de vida.
