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Un trabajador se marcha de la empresa y esta lo demanda por enviar este correo: “Solo exigencias, estoy cansado. No os echaré de menos”

Tras siete años en la empresa, envío un mail a sus compañeros con un mensaje directo y crítico. La empresa lo acusó de dañar su imagen y lo llevó a juicio por difamación.

Trabajador enfadado frente a un ordenador
Trabajador enfadado frente a un ordenador |Envato
Lucía Rodríguez Ayala
Fecha de actualización:
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Cuando un empleado deja una empresa, no siempre lo hace en las mejores condiciones y es que en ocasiones puede haber cierto resentimiento hacia sus jefes o la propia compañía. Y es lo que le ha pasado a un trabajador de 45 años, originario de Ferrara (Italia), que fue demandado por su empresa por un correo electrónico de despedida que envió a sus compañeros. En el mismo expresaba, sin rodeos, su descontento con la gestión y las condiciones laborales. El mensaje concluía con una frase que generó gran polémica: “Solo exigencias, estoy cansado. No os echaré de menos”.

El trabajador, que llevaba más de siete años como operario en la compañía, decidió dejar su puesto tras encontrar un nuevo empleo. En su último día, según recogen desde el medio italiano ‘Il Resto del Carlino’ envió un correo electrónico con el asunto “Saludos” a la libreta de direcciones interna, que incluía a cerca de un centenar de personas, entre directivos, empleados y colaboradores.

En el cuerpo del mensaje, expresó abiertamente su insatisfacción con el ambiente laboral: “Después de unos siete años y medio, mi aventura por fin ha terminado. Digo por fin porque me costó bastante aceptar la primera renovación del contrato… Desde luego, no la echaré de menos”. También criticó la falta de recursos en el lugar de trabajo, la dificultad para obtener material básico y el trato desigual entre trabajadores: “Solo exigencias, estoy cansado. No os echaré de menos”, escribió en una de las líneas más controvertidas.

La empresa lo denunció por dañar su reputación

Tras recibir el correo, la dirección de la empresa consideró que el contenido podía afectar su imagen corporativa, tanto interna como externamente, y lo demandó por difamación, alegando que el contenido del mensaje vulneraba su derecho al honor además de perjudicar percepción de la compañía entre los empleados.

Durante el juicio, la defensa del exempleado argumentó que tan solo se trataba de una crítica que el trabajador había hecho basada en sus propias vivencias basada en vivencias personales y que el tono del mensaje, aunque incómodo para la empresa, no podía considerarse injurioso ni malintencionado. El tribunal coincidió con esta interpretación y concluyó que el contenido del correo no tenía carácter difamatorio.

“Criticar a un empleador forma parte del derecho a la libertad de expresión de cualquier trabajador, siempre que no se utilicen expresiones ofensivas o falsas”, explicó el abogado Giorgio Lovison, defensor del acusado. La sentencia dejó claro que manifestar opiniones sobre la experiencia laboral es legítimo y no constituye delito.

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