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Joaquín Moreno, agricultor desde hace más de 60 años: “Muchos españoles no quieren trabajar por las ayudas”

El agricultor alerta de la dificultad para encontrar trabajadores cualificados y señala el impacto de las ayudas sociales, la mecanización y la despoblación rural en el abandono del campo.

Joaquín Moreno, agricultor, ganadero y rejoneador
Joaquín Moreno, agricultor, ganadero y rejoneador |Rompiendo el Molde
Ana Cara
Fecha de actualización:
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La falta de mano de obra en el campo español vuelve a situarse en el centro del debate. A pesar de ser un sector esencial, cada vez son más los agricultores que denuncian las dificultades para encontrar trabajadores, un problema que, según explican, se agrava por la despoblación rural, la mecanización y el impacto de las ayudas sociales.

Ese es el diagnóstico que lanza Joaquín Moreno de Silva, rejoneador, agricultor y ganadero, que comenzó a trabajar con tan solo 14 años, y que ha dedicado más de seis décadas de su vida al campo. Criado en Sevilla y afincado posteriormente en Castilla-La Mancha, su testimonio refleja una realidad que, asegura, se repite en muchas explotaciones agrícolas de España.

Falta de mano de obra y un campo cada vez más mecanizado

Durante la entrevista realizada en el podcast Rompiendo el Molde, Moreno responde sin rodeos cuando se le pregunta si existe un problema de falta de trabajadores en la agricultura. “Cualificada, sí. La mano cualificada es fundamental porque, cada vez estamos más mecanizados”, explica. Según detalla, el avance de la maquinaria exige perfiles cada vez más preparados, algo que no siempre es fácil de encontrar.

“Entonces, ahora mismo estamos más mecanizados y luego, pues claro, aquí hay un problema que lo estamos viendo en Dinamarca, en Suecia”, señala, apuntando a un fenómeno que trasciende las fronteras españolas.

Ayudas sociales, inmigración y abandono del medio rural

Uno de los puntos más controvertidos de su intervención tiene que ver con el impacto de las ayudas sociales. Moreno insiste en que no está en contra de estas prestaciones, pero sí de sus efectos en determinados casos, que son las que llevan a que, como afirma, “por las ayudas no quieren trabajar en el campo y por eso están trabajando inmigrantes”.

El agricultor pone como ejemplo su propia explotación, donde la mayoría de los trabajadores proceden de otros países. “Tengo mexicano, colombiano, rumano, polaco. Vamos, si mi padre levanta la cabeza y ve esto, pues le da un síncope. Pero claro, es que muchos no quieren trabajar, no quieren trabajar por las ayudas”, insiste.

A este escenario se suma la despoblación rural y la falta de oportunidades en los pueblos pequeños, especialmente durante el invierno y para las personas jóvenes, como su entrevistador, al que se refiere por la edad para explicar cómo influye vivir “en un pueblo de 4 o 5.000 habitantes y estás a 100 km de la una capital”, en el que a las 5 de la noche no hay mucho que hacer, como señala. Esta realidad, para Moreno, es la que explica por qué “la gente se va a las ciudades y abandona el campo”.

El testimonio de Joaquín Moreno conecta con un malestar cada vez más extendido entre los profesionales del sector primario, que denuncian la falta de relevo generacional, la dificultad para atraer mano de obra y la sensación de que el campo queda relegado frente a otros modelos de empleo.

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