Hay personas que, desde muy pequeñas, tienen claro qué quieren ser de mayor. Incluso si tienen que luchar contra prejuicios. Es el caso de Jennifer López, fontanera, que aprendió el oficio gracias a su padrastro, al que acompañaba siempre a las faenas. Hoy, se siente feliz por la profesión que ha escogido, ya que es lo que le apasiona, aunque tenga que vivir situaciones machistas (como ocurre también en otros oficios como el de camionera o mecánica).
“Yo no me veía, por ejemplo, cocinando. Lo que es ser dependienta, no lo desprecio en ningún momento, pero me gustaba otro aspecto: el soldar, el arreglar tuberías. Me llama mucho más la atención eso que por ejemplo estar estudiando algo que no me va a gustar”, contaba al programa de ‘Y Ahora Sonsoles’ sobre su elección.
Pasando a la acción, y preguntada inevitablemente por ello, reconoce que sí genera en muchas ocasiones sorpresa, e incluso dudan de su habilidad: “Hay muchos clientes que se sorprenden al ver a una mujer, joven, y no confían en que lo arregle yo u otra compañera”. Cuestionada de nuevo, sobre si alguna vez, al llegar le habían preguntado dónde estaba su gente, también afirma que sí, que es una escena que le ha tocado vivir.
Ha sufrido insinuaciones y no puede ir sola a los domicilios
Al hilo de lo anterior, Jennifer López asegura que, desafortunadamente, “ha habido comentarios” solo por su condición de mujer, pero también insinuaciones: “Cuando yo empecé, tenía 16 añitos, mi padrastro estaba conmigo enseñándome a soldar”, relata, explicando que el cliente le dijo a este: “Mira esta, como que.. qué ‘qué guarrilla’”, a lo que su padrastro respondió tajante: “Coge las cosas que nos vamos”.
Entrando en su día a día, también explica que, al menos en su empresa, a los servicios siempre “vamos una mujer y un hombre”, no pudiendo ir sola. “La mayoría de veces, sí que es verdad que el compañero se queda abajo y sube la mujer. Pero hay a veces que depende del trabajo, como colocar un plato de ducha de 180, que es bastante grande, pues no podemos solas y eso sí lo hacemos entre los dos”, añade.
Con su ejemplo, intenta ser una de las mujeres que van allanando el camino para las demás, contando que ha tenido la suerte de poder explicar su profesión a este público para luchar contra los estereotipos y enseñar que los oficios son también para las mujeres, porque el trabajo no diferencia de género: “Tuvimos la oportunidad el año pasado de hacer un evento con ‘Brico Depôt’, donde enseñamos a unas niñas de aquí de Madrid que las mujeres también podemos hacer estos oficios de hombres. Ver a niñas de 15 añitos que les llamaba la atención nos ayudó muchísimo, me sentí muy identificada en su edad”.
Sobre si es una profesión difícil, en cuanto a las tareas a desarrollar, López señala que “no es dura” sino que es “tener habilidad”. “Es verdad que un saco de runa pesa, pero si tú sabes cogerlo perfectamente sin hacer tanto esfuerzo, no es tan complicado”, matiza.
“Gana una pasta esta niña”
En último lugar, y a modo de anécdota, confiesa en el citado programa que su nombre (que coincide con la de la famosa cantante) siempre ha dado lugar a bromas. Asimismo, aunque a lo callado, también se manifiesta sobre su salario, que dijo al oído a la presentadora Sonsoles Ónega: “No me lo puedo creer, por favor, gana una pasta esta niña”, respondió esta sorprendida al escucharlo.

