La escasez de vivienda a precio asequible y un marco regulatorio rígido en el mercado inmobiliario español han reducido drásticamente las opciones habitacionales para la ciudadanía. A estas barreras burocráticas y a la falta de oferta se suma que no hay suficientes operarios cualificados para construir estos edificios.
El oficio de la construcción ha dejado de seducir a las nuevas generaciones, generando un vacío laboral preocupante, así lo reflejan las cifras de BBVA Research, que indican que apenas el 13% de los albañiles actuales tiene menos de 30 años, y este se reduce curso tras curso. Falta relevo generacional para sostener el sector.
Quienes sufren esta realidad en primera persona son los propios oficiales y jefes de obra. Uno de ellos es Javi, un albañil que ha participado en el podcast Sector Oficios, y que ha destacado lo complicado que resulta hoy en día dar con verdaderos profesionales. Existe, además, un temor generalizado a contratar por el abandono frecuente a los pocos días de empezar.
España necesita más albañiles
El sector constructor español no encuentra mano de obra. Tras el estallido de la crisis de 2008, muchos profesionales abandonaron, y hoy no existe un relevo generacional capaz de responder a la demanda actual.
Las empresas buscan desesperadamente albañiles, fontaneros y electricistas, pero las vacantes se quedan a menudo sin cubrir por falta de candidatos cualificados, a pesar de ofrecer sueldos competitivos. Lo que antes era una salida laboral común, hoy se percibe como una opción poco atractiva, marcada por la temporalidad y el esfuerzo físico.
Las consecuencias son tangibles haciendo que peligren los plazos de entrega de viviendas, las obras públicas y las reformas para la eficiencia energética. Si no se dignifica la profesión y se impulsa la formación, el sector corre riesgo de quedarse sin personal y frenar el crecimiento previsto para los próximos años.
Este es el tema que se abordó en el podcast Sector Oficios, donde Javi (@Javijam) señaló la escasez de trabajadores profesionales.
"Los buenos albañiles somos los que hemos resistido a la crisis", destacaba. "Muchos se tuvieron que ir a fábricas y a otras cosas, son albañiles pero lo dejaron apartado y no quieren volver porque la gente lo pasó mal". "La gente lo pasó mal y los albañiles lo pasaron mal, incluso el asalariado. Se vio que no cobraba ni en la empresa que trabajaba", explicaba Javi.
Además de esta preocupación, también reflejó su desacuerdo con la poca predisposición de los trabajadores a ocupar este oficio, y cómo eso provoca que muchas empresas no puedan crecer. Sin trabajadores no se pueden hacer más obras, por mucha voluntad y retribución digna que se ofrezca. "Lo de ahora es malo porque no hay gente. Antes había gente. No podemos crecer y también es porque tenemos miedo a contratar a nadie", apuntaba el albañil.
La falta de trabajadores se suma a la falta de compromiso a la que temen profesionales como Javi. "Tenemos miedo de contratar y que nos vaya a salir rana", aseguraba. "Como está la cosa tan apretada, de enseñar y formar a alguien y que mañana llegue y te diga que en 15 días no viene. Coño, he perdido 15 días en enseñarte".
En contraposición a estos casos, Javi habla sobre otros albañiles a los que ha formado, y hoy se dedican a la profesión por cuenta propia. "He enseñado a mucha gente. Tengo muchos chavales que han entrado conmigo a la obra. He formado a muchos chavales y ahora están de autónomos", concluía el albañil.
El futuro de la construcción dependerá de dignificar los oficios y apostar por la formación técnica para atraer el talento joven y sostener uno de los motores clave en España.

