Siempre se ha dicho que el colectivo de las empleadas del hogar es uno de los más vulnerables porque la actividad laboral se realiza de puertas para dentro, en la intimidad de un domicilio. Aunque son casos diferentes, muchas limpiadoras que realizan domicilios particulares también se han visto comprometidas por las peticiones de muchos empleadores, que llegan incluso a vulnerar sus derechos o no respetar unas condiciones de trabajo dignas.
La limpiadora Cristina Simón, conocida en redes sociales como ‘La fregona de Cris’, ha manifestado en varios vídeos algunas de las situaciones comprometidas que le han tocado vivir, que además han sido respaldadas en los comentarios por otras mujeres limpiadoras (sigue siendo un sector compuesto en su mayoría por mujeres). Primero, rompe con los estereotipos: “La gente por ser limpiadora se piensa que no sé hacer la O con un canuto, pero también estudié una carrera”.
Acto seguido, recalca que son trabajadoras que deben ser remuneradas de forma justa por sus servicios, sin tener que rendir pleitesía a nadie: “todavía hay personas que te ofrecen 10 euros la hora y se piensan que te hacen un favor”, detallaba, al tiempo que aclara que no tiene “superpoderes” y “no sé hacer una casa de 180 metros en 3 horas”.
Las peticiones de algunos empleadores: “la esclavitud se abolió hace muchos años”
En una forma de denuncia sobre las peticiones que tienen algunos empleadores, y que van en contra de unas condiciones de trabajo mínimas, Cristina Simón sigue enumerando algunas demandas cotidianas. Aunque lo hace en clave de humor, realmente siguen pasando: “en muchos servicios me cronometran el tiempo que bebo agua y todavía me piden en algunos servicios que limpie el suelo de rodillas. Señora, que la esclavitud se abolió hace muchos años”, manifiesta.
Asimismo, explica que ya se conoce bien aquello “si mi casa está limpia, solo necesita un repasito”, debiendo siempre trabajar más de lo que realmente se adelantaba, al tiempo que, por su contacto directo con las personas, a veces también hace de “psicóloga”. También indica que ha tenido clientas que le han dejado “trampas” para ver si ha limpiado “debajo de la cama”, o que le dicen “cómo y con qué tengo que limpiar”, cuando ella es la profesional que tiene el conocimiento para hacer las labores de limpieza de la mejor forma.
En último lugar, añade que sí, es limpiadora “por elección y no por obligación” y que, a pesar de todo lo anterior, “lo mejor de mi profesión es vuestro reconocimiento tras ver mi trabajo”. La mayoría de comentarios han respaldado cada una de sus ciencias, siendo las siguientes opiniones algunos ejemplos: “es la pura verdad… sí se piensan que porque uno limpia tienen una sirvienta”, “totalmente, se creen que puedes limpiar en 2 horas a fondo un chalet” o “desde que tengo uso de razón se ha menospreciado a las limpiadoras, gracias por dignificar esta profesión”.

