Desde hace 18 años no se veía un primer trimestre del año en el que la duración de los contratos firmados en España fuera de tan corta duración. En este 2023, la duración de los contratos firmados en enero, febrero y marzo fue de 51 días. Nunca por encima de los dos meses, según indica el 'Observatorio trimestral del Mercado Laboral' elaborado por el centro de estudios del grupo Adecco.
Además, también se evidenció la cara y cruz para la duración media de los contratos en este primer trimestre consumado de 2023: fue un 9,7% menor si se compara con mismo periodo de 2022, pero aumentó en el propio lapso de tiempo de enero a marzo de este año. Abril tiene la culpa, siendo el mes en el que la media de duración bajó hasta los 45 días. Un 9,4% menos que en marzo y un 4% menos que en abril del año 2022.
De los contratos firmados totales, 626.779 eran temporales y 490.266, indefinidos. Los del primer tipo cayeron un 10,4% respecto a marzo y un 16,6% en comparación a abril de 2022. Por su parte, los fijos cayeron un 12,1% intermensual y un 4,4% interanual. Por otro lado, también cayeron los contratos iniciales en abril hasta los 1,11 millones, afectando en mayor proporción a los hombres. Un 11,2% menos que en el pasado mes y un 11,7% menos en tasa interanual.
Los fijos-discontinuos, disparados
Es el otro gran nombre propio del análisis trimestral, con el bonus de abril. Mejor dicho, continúa siéndolo, después de que la entrada en acción de la reforma laboral los potenciara a niveles extremos, pasando de la marginalidad a aglutinar más del 15% de la contratación.
En el primer trimestre de 2023 crecieron hasta el 55%. El número más alto desde 2009 y un 30% superior al trimestre anterior. En abril se situaron en el 18,3%. Además, los contratos indefinidos a tiempo parcial llegaron al 4,6%,mientras que los indefinidos a tiempo completo, al 2,2%. Un indicador de que la temporalidad se ha reducido: antes de que la reforma laboral fuera una realidad, el porcentaje de contratos firmados estables/no estables era del 10% (ahora es del 30%) y del 90% (ahora, del 70%) en la contratación inicial.
"El empleo aparenta ser más productivo, pero en realidad esconde una importante pérdida de horas de trabajo. No son pocos los que apuntan a que el crecimiento de nuestra productividad, y por ello de la competitividad de nuestra economía, depende de que se frene la elevada presión fiscal, tanto en impuestos como en cotizaciones a la Seguridad Social", explica el director de ‘The Adecco Group Institute’, Javier Blasco. También señala un “reparto del trabajo” a tenor del aumento de horas trabajadas, pero no en la misma correspondencia que del número de ocupados.
En otro orden de cosas, las empresas inscritas en la Seguridad Social aumentaron 1.338.654 en el mes de abril, un 1,2% más que en marzo y un 0,6% más en comparación con abril 2022.
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