Los requisitos para ser piloto en Europa se rigen bajo el marco que establece la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA). Se debe superar una formación teórica y práctica en centros autorizados, además del certificado médico y acreditar la competencia lingüística en inglés aeronáutico, como ha hecho Lou Rigazi que, con 21 años, es una de las pilotos más jóvenes de Europa.
Rigazi procede de una familia dedicada a la aviación: su madre y su padre son pilotos de línea también. Ha sido criada en Carcasona y en los últimos diez años ha vivido en Barcelona. Volvió a su Francia natal tras conseguir su primer empleo en la compañía española Volotea, con sede en Lyon, donde está destinada, así lo ha relatado el medio francés La Dépêche.
Es una de las pilotos más jóvenes de Europa
Lou se ha convertido en una de las pilotos de Airbus A320 más jóvenes de Francia y Europa. En junio de 2025, después de haber realizado varios vuelos acompañada por un copiloto experimentado, comenzó su trabajo en Lyon: “Al principio tuve que hacer varios vuelos con una tercera persona presente en la cabina, para supervisar todo lo que hacía. Después de cuarenta, el comandante de a bordo validó que ya podía volar con cualquier otro superior”.
En este mes voló por primera vez con 180 pasajeros a bordo en una conexión entre Lyon y Cofrú (Grecia). Al principió escuchó algunos comentarios como “sí que son jóvenes los pilotos”. Una jefa de cabina le llegó a contar que en otra época, se podían escuchar críticas como “yo no me subo si es con una mujer”. Sin embargo, ninguno de ellos perturba a la profesional, que tiene el calendario repleto de vuelos: “Con la compañía tenemos vuelos programados con uno o dos trayectos de ida y vuelta al día, además de días de reserva en los que pueden llamarme en cualquier momento entre las 5 y las 17 horas. En ese caso, tengo que estar en el aeropuerto en una hora".
Lou Rigazi solo realiza vuelos de media distancia con Volotea. Desde Lyon ya ha efectuado conexiones hacia España, Italia y Grecia, e incluso hacia Marrakech (Marruecos) y Sétif (Argelia).
Una historia familiar de altura
Es hija única de dos pilotos de línea. Lou recuerda un momento que ha vivido recientemente con su familia en octubre en el aeropuerto de Palma de Mallorca: “Estaban mi avión y otro en la pista, cuando escuché una voz familiar en la frecuencia con la que nos conectamos a la torre de control. Me dije que conocía esa voz aguda, que parecía la de mamá. Entonces la llamé por su nombre y efectivamente, era ella. Estábamos las dos en el aparcamiento listas para despegar. Ella volvía a Barcelona y yo a Lyon, y le dejé prioridad. En seis meses, he coincidido con mamá. Pero también con papá, con quien me comuniqué en vuelo mientras estábamos en la misma ruta, y por tanto en la misma frecuencia.”
En noviembre vuelve a Toulouse, su ciudad natal
Este mes vuelve a volar desde Toulouse: “Estoy feliz de volver, porque viví hasta los once años. Allí volaré mucho por Francia, con rutas hacia Estrasburgo, Nantes y Clermont-Ferrand. Pero también haré vuelos hacia España, Italia, Grecia y Alemania, donde los vuelos a Hamburgo son casi diarios.”
Hasta la fecha, la joven acumula 400 horas de vuelo en Airbus A320, a las que hay que sumar las 160 horas realizadas durante su formación. Con sus dos galones en los hombros, hoy es segundo oficial de vuelo: “Todavía me quedan cuarenta años de carrera por delante para convertirme en primer oficial, con tres galones, y luego en comandante de a bordo, con cuatro.”
De momento, Rigazio disfruta el presente y el oficio que tanto le apasiona: “Me gusta muchísimo, y cada día me levanto feliz por ir a trabajar. Hoy intento ser lo más independiente posible respecto a mi familia. Estoy orgullosa de poder valerme por mí misma.”

