Chechu López ha conseguido lo imposible, ha pasado de estar buscando trabajo a conseguir tres empleos en menos de un día. Este logro, o castigo, lo ha contado en su cuenta de TikTok esta joven de 21 años que, con el título universitario bajo el brazo, se ha visto obligada a aceptar jornadas de trabajo encadenadas de hasta 12 horas para poder sobrevivir el verano en Madrid.
“Buscando trabajo en Madrid en pleno verano, cuando nadie quiere trabajar, con un título universitario que parece que no sirve de nada”, así arranca Chechu uno de sus vídeos. Mientras se maquilla, repasa su agenda: tiene dos entrevistas para administrativo, una de ellas presencial y la otra online, y el temor de volver al sector de ventas, que detesta. “La segunda entrevista es para un trabajo que odio, que es el trabajo que ya hice el año pasado, que es venta de seguros”, explica.
Recibe tres ofertas de empleo y empieza el dilema
Todo cambia cuando en apenas ocho horas, Chechu recibe tres ofertas. Dos de ellas de las entrevistas que había tenido ese mismo día y, por otro lado, también la posibilidad de hacer prácticas:
“El nivel de cambios que tuvo mi día... Tengo dos trabajos. La segunda entrevista que tuve me fue bien y puedo empezar el lunes. Y en medio de la entrevista me llegó el mensaje del chico de la primera diciéndome que me habían cogido, que podía empezar mañana a las 8:30”.
Aquí comienza su dilema, ya que además se le suma la opción que no tenía contemplada de hacer unas prácticas. Debía elegir entre aceptar uno de los trabajos y realizar las prácticas a la vez, con jornadas que suman 12 horas diarias, o volver a las ventas, un sector del que prometió escapar. “Yo ya sé que me voy a querer automatar en el momento en que no dé más por estar haciendo 12 horas de trabajo continuo”, opina de la primera opción. “Pero más me voy a querer matar si decido ir al trabajo de ventas, que habíamos dicho que nunca más”, resume.
Así que tomó una decisión contundente y un poco desesperada gracias a la ayuda de su madre y su novio. Finalmente, optó por encadenar dos empleos, uno desde las 8:30 de la mañana y unas prácticas de 14:00 a 19:00, para después, “dormir de 19:30 a 7:30 del día siguiente”. Todo esto espera que dure solo el verano: “por lo menos por el verano o hasta que yo la pegue. Hasta que la pegue como influencer. Lo manifestamos. Esto va a pasar. No me queda otra”, concluye.
La bajada del paro juvenil no frena la precariedad
Aunque hace unos días conocíamos que el desempleo en jóvenes menores de 25 años había bajado en el mes de julio, siguen siendo muchos los jóvenes con carreras, como Chechu, que encadenan prácticas, trabajos temporales y horarios imposibles para evitar estar en el paro y ganar un salario decente.
Chechu pone voz a una generación entera de universitarios con un futuro profesional incierto que exhiben su precariedad en redes sociales mientras cruzan los dedos para, algún día, ‘dar el pelotazo’.

