Concebimos estudiar una carrera como una decisión que se toma siendo relativamente joven, atendiendo a las posibilidades económicas de la familia y la disposición de las estudiantes para hacerlo. Cada vez son más las universidades que ofrecen modalidades tanto presenciales como online, para estudiar en el momento que uno lo desee.
En una sociedad marcada por el envejecimiento demográfico y el deseo de aprendizaje permanente, encontramos ejemplos como el de Maryette McFarland, que ha logrado matricularse a los 90 años tras haber dejado sus estudios hace siete décadas. La mujer, original de Londonderry en Irlanda del Norte, es la mayor de los 300 graduados en la ceremonia de la Universidad Abierta de Belfast el pasado martes: "No lo puedo creer, me ha llevado bastante tiempo", declaró con satisfacción a la BBC.
Una historia de determinación, paciencia y buen acompañamiento
La señora McFarland comenzó sus estudios en la universidad en Dublín en la década de 1960, pero los abandonó al conocer a su marido y casarse. Años después y tras un accidente automovilístico, para el que tuvo que mantener reposo, decidió retomar los estudios de forma online en la Universidad Abierta: "Tenía algo de tiempo libre y pensé que me gustaría hacer algo", afirma.
La realidad es que estudiar en línea no ha sido fácil para ella, pero su familia —incluyendo a sus cuatro hijos, nietos y bisnietos— le ha ayudado en este proceso: "Soy muy mala navegando por internet, pero recibí mucha ayuda de mi familia", reconoce, añadiendo que su nuera le enseñó a escribir a máquina. “Sé que están ahí si los quiero y me ayudan en todo lo que pueden”.
"Creen que es un poco extraño que una abuela tenga un título", considera Maryette, a la que también ha apoyado su tutor. Toda su familia ha acudido a la ceremonia de graduación en el Waterfront Hall, entre ellos su hija mayor, Shauna Gailey: "Estoy muy orgullosa, es estudiante universitaria de grado a los 90 años, lo cual es muy emocionante para ella y para el resto de nosotros”, admite.
El peso de no haber terminado sus estudios en Trinity Dublin le ha acompañado toda la vida, pero: "Tenía cuatro hijos y estaba muy ocupada", explica Gailey, que cuenta cómo su madre se ha involucrado en los estudios: “Solía sentarse en su sofá, rodeada de pilas de libros, con su portátil y su tableta frente a ella". Maryette lanza un mensaje para cualquiera que piense que es demasiado mayor para aprender cosas nuevas: "Si yo puedo hacerlo, cualquiera puede. Nunca es demasiado tarde".

