Ganar la lotería es motivo de alegría, pero ganar una fortuna millonaria que pueda acabar con cualquier problema económico lo es más todavía, pero, cómo sentaría que a la misma vez de ganar la lotería lo perdieras. Jane Dos (que es un nombre ficticio) le ha pasado. A esta jubilada de 83 años empezó a llorar de alegría cuando se enteró de que había ganado 71,5 millones de euros en la lotería. Pero esta alegría infinita duro poco, ya que después de varios meses la anciana sigue sin ver un céntimo del premio y lo peor de todo, es que es posible que no lo vea.
Todo empieza el 17 de febrero de 2025, cuando Jane Doe decide comprar un décimo de lotería en la Lotto Texas, que es algo así como la primitiva en España. Pero, y aquí es donde viene el problema, la jubilada decidió acudir a la tecnología y sacar el boleto a través de la aplicación móvil, siendo esta Jackpocket Lottery. Cómoda, rápida, aparentemente segura… en principio, todo iba bien. En principio.
Tras hacerlo, la jubilada sonríe y observa que sus números coinciden exactamente con los sorteados y es en ese momento cuando se da cuenta de que ha convertido en millonaria. Pero, apenas una semana después de este mágico momento, la lotería de Texas decide suspender el uso de servicios de terceros no regulados para la compra de billetes de lotería que, casualidad, era donde esta mujer había comprado su boleto.
La decisión ha hecho que esta jubilada quede en una especie de vacío legal, ya que su décimo lo compro después del sorteo, pero la norma entro en vigor antes de cobrarlo, por lo que ahora su premio astronómico ha quedado congelado, por lo que esta pensionista se encuentra atrapada y para la empresa un ahorro de 71,5 millones de euros.
Un premio millonario que acabará en los juzgados
Como es normal, la jubilada ha decidido presentar una demanda contra la Lotería de Texas, por haberle negado el cobro de su premio, el cual compro antes de que entrará esta norma. Sus abogados explican que “no es legal cambiar las reglas del juego después de que se hayan sorteado los números ganadores”. La demanda también dice que la lotería intenta privar retroactivamente al ganador de lo que le corresponde al prohibir la aplicación utilizada justamente en el momento del premio.
Ahora la justicia debe dirimir en un proceso que llevará meses o incluso años y para esta jubilada de 83 años, su tiempo vale oro “nunca mejor dicho”, por lo que quiere que el proceso judicial se lleve a la mayor brevedad posible y disfrutar de su premio quien alega que ha ganado “justamente”.
Ahora, mientras está esta jubilada vislumbra en el horizonte la posibilidad no cobrar el premio, lo hay otros con mayor suerte, como este jubilado de 81 años, que a cobrar un premio de lotería de 44.000 euros y descubre que le ha tocado otro de 88.000 y lo que alega “fue mi día”.
