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Una dueña de una administración de Lotería no se corta al hablar de lo que gana: “De cada décimo de lotería de Navidad nos llevamos 1 euro y el resto para el Estado, no es buen negocio”

Esta mujer como otros loteros entrevistados denuncian que las comisiones llevan 20 años congeladas, que el margen es mínimo y que muchos sobreviven gracias a préstamos o a la campaña de Navidad.

una lotera
Una dueña de una administración de Lotería no se corta al hablar de lo que gana: “De cada décimo de lotería de Navidad nos llevamos 1 euro y el resto para el Estado, no es buen negocio” |Eric Ponce | YouTube
Francisco Miralles
Fecha de actualización:
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En el imaginario colectivo, las administraciones de lotería han sido siempre vistas como negocios seguros y de alta rentables, es decir que ganaban mucho dinero. Cada año, cuando llega la campaña de Navidad, millones de españoles compran décimos convencidos de que detrás de la ventanilla hay empresarios que hacen caja con la ilusión ajena. A pesar de ello, la realidad es muy distinta, ya que no es el negocio tan bonito como todo el mundo cree y se trata de un sector con comisiones ínfimas, gastos elevados y una total dependencia del Estado.

Así lo refleja el creador de contenidos Eric Ponce, que ha recorrido varias administraciones en España para entrevistar a sus dueños. Sus testimonios dibujan un panorama muy alejado de la idea de negocio boyante. “De cada décimo de 20 euros, el lotero apenas se queda con un euro. El resto, 19 euros, va directamente a las arcas del Estado”.

“Con la campaña de Navidad tienes que cubrir todo el año”

Los loteros explican que las comisiones apenas dan para sobrevivir. La lotería de Navidad, el sorteo estrella, solo deja un 5% bruto de comisión por cada décimo vendido, es decir, que si el décimo cuesta 20 euros, ellos se llevan 1 euro. Eso se traduce en un beneficio real inferior al euro, una cifra irrisoria si se tienen en cuenta los impuestos, el coste del local, las nóminas y los gastos de gestión.

“El sorteo de Navidad es el que marca la diferencia. Si haces una buena campaña puedes cubrir el resto del año, pero si te va mal, entras en pérdidas y tienes que endeudarte”, reconoce una lotera entrevistada en Rubí, que llegó a repartir un premio de 34 millones de euros sin ganar ni un euro más por ello.

No solo eso, sino que además ni siquiera los premios grandes aportan ingresos extra. “Antiguamente, se podía pagar muchísimo más en ventanilla, ahora nos han limitado a 2.000 euros”, explica una de las entrevistadas. Todo lo que supere esa cifra debe cobrarse en una entidad bancaria, lo que deja fuera a las administraciones de la posibilidad de comisionar por esos pagos. “Ya ni siquiera con premios superiores de 5.000 o 6.000 euros nos comisiona el Estado”, lamentan, lo que supone otro recorte en unos márgenes que ya eran mínimos.

“Hoy no es buen negocio… hace 20 años que no nos suben las comisiones”

Los testimonios coinciden en que la rentabilidad es mínima y el riesgo muy alto. El lotero trabaja con dinero propio, ingresando semanalmente a Loterías del Estado todo lo vendido y respondiendo con su patrimonio de lo que no se haya devuelto. “Si pierdes un décimo o no lo devuelves a tiempo, lo pagas de tu bolsillo. Aquí no hay perdón”, relata uno de los entrevistados.

Además, recuerdan que las comisiones llevan dos décadas congeladas, pese a la inflación y al aumento del coste de vida. “Hace 20 años que no nos suben un céntimo. En la práctica, cada año perdemos poder adquisitivo. Es un negocio esclavo y poco rentable”, sentencia otro propietario.

A las dificultades económicas se suma la competencia de la venta online y las aplicaciones móviles, que están atrayendo especialmente al público joven. Aunque algunas administraciones han logrado adaptarse, la mayoría reconoce que esto les resta clientela en ventanilla y hace aún más difícil mantener el negocio.

Nos dicen que somos empresarios, pero en realidad trabajamos para el Estado. Ellos se quedan con todo y nosotros asumimos los riesgos. No hay apoyo, ni siquiera cuando hay catástrofes como la DANA o la pandemia. Entonces nos endeudamos con préstamos ICO para poder pagar sueldos y alquileres”, recuerdan.

¿Es rentable abrir una administración de lotería?

La conclusión es clara: vivir de una administración de loterías es posible, pero no es un negocio rentable. El futuro, apuntan, está más en los puntos mixtos —bares, estancos o papelerías— que venden lotería como complemento, ya que cuentan con otras fuentes de ingresos.

Una administración te da para vivir, pero no para hacerte rico. Si mañana abres pensando en comprarte un Ferrari o un piso en Ibiza, te equivocas. Con suerte, cubrirás gastos y podrás tener un sueldo digno”, concluyen los entrevistados.

A pesar de las luces de la Navidad y la ilusión que generan los sorteos, la realidad de quienes venden la suerte es mucho más gris: jornadas interminables, comisiones congeladas y un techo de rentabilidad que, lejos de dar fortuna, apenas garantiza subsistir.