Cuando se compra o vende una casa a través de una agencia inmobiliaria, hay que tener en cuenta que habrá que pagar los honorarios del agente, pero también que este tiene una serie de responsabilidades, como su deber de comprobar la información de la vivienda. Algo que toma muy en cuenta la justicia francesa, que ha condenado a un agente inmobiliario por la denuncia de los compradores de una vivienda a los que habían mentido sobre el estado del tejado. Le han considerado responsable por no comprobar la información que le dio el vendedor.
La pareja compró una casa a través de una agencia inmobiliaria. Durante el proceso de venta, el propietario aseguró que el tejado se encontraba en buen estado y que había sido “inspeccionado cada dos años”. Esta información fue clave para los compradores, que decidieron seguir adelante con la operación pensando que la vivienda no requería obras inmediatas ni reformas.
Sin embargo, poco después de instalarse, descubrieron que el tejado tenía graves defectos estructurales, una pendiente incorrecta y necesitaba ser reemplazado por completo. Ante esta situación, decidieron llevar el caso a los tribunales reclamando una indemnización por los daños sufridos.
La justicia considera que el agente inmobiliario es responsable por no comprobar la información
Tanto el Tribunal Regional de Reims como el Tribunal de Apelación consideraron que el agente inmobiliario no tenía la obligación de inspeccionar personalmente las obras ni verificar en profundidad el estado del inmueble. En otras palabras, dieron por válido que el intermediario se fiara de la palabra del vendedor.
Pero el Tribunal de Casación no estuvo de acuerdo. En una sentencia dictada el 13 de noviembre de 2025 comentada por el abogado especializado Gabriel Neu-Janicki, y recogida por Figaro Inmobilier, el tribunal dejó claro que cuando el vendedor afirma que se han hecho obras importantes, como en este caso, la supuesta revisión periódica del tejado, el agente tiene el deber de solicitar las facturas o los informes que lo acrediten. Y si no los obtiene, debe advertirlo claramente a los compradores antes de cerrar la operación.
Para el Alto Tribunal francés, la función del agente inmobiliario no es solo poner en contacto a comprador y vendedor, sino también ofrecer información veraz y asesoramiento suficiente. En este caso, no verificar los datos que le dio el propietario de la vivienda supone un incumplimiento de su deber como profesional, ya que contribuyó a que los compradores tomaran una decisión mal informada que les causó un perjuicio económico.

