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Un jubilado de 67 años encuentra la pepita de oro de la historia de Inglaterra gracias a un detector viejo y medio roto

Llegó tarde y con un detector de metales medio roto, pensaba que no encontraría nada y acabó desenterrando un tesoro valorado más de 35.000 euros.

Una mano sujetando una pepita de oro
Una mano sujetando una pepita de oro |Finders Keepers Gold Prospecting
Lucía Rodríguez Ayala
Fecha de actualización:
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La fiebre del oro parece algo muy lejano en el tiempo, pero lo cierto es que la actualidad aún existen auténticos buscadores de tesoros y de este preciado metal. Y uno de ellos, es este jubilado de 67 años que, con un detector de metales antiguo y medio roto, descubrió la mayor pepita de oro encontrada en Inglaterra, valorada en casi 35.000 euros. 

Richard Brock llevaba media vida dedicándose a la detección de metales, pero nunca había tenido un golpe de suerte. Y lo cierto es que, según sus declaraciones recogidas por ‘The Guardian’, en el comienzo del día del descubrimiento la suerte no le sonreía. 

“Llegué como una hora tarde, pensando que ya me había perdido toda la acción”, explicó Brock, el motivo fue que su detector de metales se había estropeado y cuando se puso a buscar solo le quedaba uno de repuesto, era de los viejos y “con la pantalla medio fundida”

Su suerte cambió y encontró una pepita de oro valorada en casi 35.000 euros 

El resultado de su expedición, al principio, fue poco prometedor. “Solo encontré algunas viejas piquetas oxidadas para tiendas de campaña con este detector de respaldo”, explicó.

Pero 20 minutos después, su suerte cambió, y Brock desenterró una pepita de oro de 64,8 gramos, que fue bautizada como Hiro’s Nuggetcuyo valor rondaba las 30.000 libras (casi 35.000 euros). La pepita se encontraba a apenas 13-15 centímetros bajo tierra en las colinas de Shropshire, en la región de West Midlands en Inglaterra, que limita con Gales al oeste.

El descubrimiento desató la envidia entre otros buscadores, y no solo por dejar atrás el anterior récord inglés (54 gramos), sino por las condiciones en las que fue encontrada, con un detector viejo y estropeado. “Todos allí tenían equipos de última generación y yo aparecí con tres máquinas antiguas, y una de ellas dejó de funcionar allí mismo”, contó Brock. 

“La máquina que usé estaba prácticamente rota, funcionaba solo a medias”.

En cuanto al dinero obtenido por el hallazgo,  Brock aseguró “voy a repartir lo que se obtenga por la venta con el propietario del terreno”. A la vez reflexionó sobre los acontecimientos del día: “esto demuestra que realmente no importa el equipo que uses. Si pasas por encima del hallazgo y estás atento a lo que pueda haber bajo tierra, eso es lo que marca la diferencia”.