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Raúl Domínguez, Policía Nacional: “Un policía recién jurado se está llevando unos 2.200 euros netos en 14 pagas. En embajadas de alto riesgo se pueden cobrar unos 200.000 euros anuales”

El secretario de Organización del sindicato CEP denuncia la falta de medios, la desigualdad salarial frente a las policías autonómicas y un repunte de agresiones a los agentes.

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Raúl Domínguez y una agente de Policía Nacional |Academia Geopol y Gemini
Fernando García Ferrer
Fecha de actualización:
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En plena escalada de tensiones laborales en los cuerpos de seguridad, los sindicatos de la Policía Nacional insisten en que la equiparación salarial con las policías autonómicas sigue siendo una promesa incumplida. A la brecha retributiva se suman la falta de material, el aumento de las agresiones a agentes y unas condiciones de trabajo que distan de la imagen de estabilidad asociada a la Policía Nacional.

Ante esta situación, el secretario de Organización del sindicato Confederación Española de Policía (CEP), Raúl Domingo, ha repasado en una entrevista para el podcast de la Academia Geopol los sueldos reales, los complementos y los problemas estructurales del cuerpo.

Cuánto cobra un Policía Nacional

Un agente de la escala básica de la Policía Nacional “recién jurado” cobra entre 2.000 y 2.200 euros netos al mes en 14 pagas, según explica Domingo. La cifra, matiza, crece de forma notable con la territorialidad, por ejemplo con los pluses de País Vasco, Navarra, Baleares, Canarias, Ceuta y Melilla.

También es mayor con determinadas unidades y servicios extraordinarios: “Con un destino en el norte o en islas y alguna especialidad, un recién llegado puede situarse en 2.800–3.000 euros”. En cuanto a la jornada laboral, según “marca la guía” es de 37,5 horas semanales, aunque “la realidad difiere mucho según la unidad y los turnos”.

Sueldo base, trienios y territorios

Domingo desgrana la arquitectura retributiva: sueldo base y complementos, con trienios de unos 25–27 euros netos al mes cada tres años, y territorialidad o indemnización por residencia que introduce grandes diferencias según el destino.

País Vasco y Navarra concentran los pluses más altos: en escala básica rondan “unos 700 euros mensuales”; mientras que Ceuta y Melilla suman “más de 600 euros al mes” por residencia, pese a que su territorialidad es reducida. El sindicalista subraya que estas horquillas “condicionan la elección de plaza de los nuevos agentes”.

Especialidades y carreras dentro del cuerpo

La especialidad marca otro salto retributivo. Un patrullero de radio (GAC/Z) percibe “unos 3.000–3.600 euros anuales” de complemento específico, frente a “más de 9.000” en grupos como el GEO, “casi el triple”. En la escala ejecutiva, “un inspector que acaba de entrar cobra unos 1.000 euros netos más que un agente de base”, en torno a 3.200 euros. El grado personal se consolida con los años en cada escala.

Horas extra y dietas

Los servicios extraordinarios, conocidos como las peonadas, se pagan “en torno a 80 euros netos”, con cuantía variable según si es festivo o nocturno. Sobre las dietas, Domingo denuncia que la manutención está en 14, llevan sin actualizarse tanto tiempo que son ridículas” y el alojamiento también va muy justo.

“Las embajadas son como la gallina de los huevos de la policía”

El representante del CEP define los puestos en embajadas como “los destinos más codiciados”, con remuneraciones que “en plazas de alto riesgo pueden superar los 200.000 euros anuales”. El acceso requiere un curso específico y pruebas, si bien insinúa que “a veces hay favoritismos”. Recuerda que no siempre compensa. “Washington o Moscú son caros. En destinos duros, la vida y la seguridad pesan”, explica.

Denuncia la falta de medios y la desigualdad salarial entre autonomías

Domingo admite avances, pero sostiene que la equiparación con Mossos y Ertzaintza “sigue lejos” y cifra las brechas en “500–600 euros al mes” en determinadas categorías. “Hay policías en España que están en Marte y otros en la Tierra”, resume, en alusión a las desigualdades retributivas y de medios.

Además, sobre los medios materiales, el dirigente del CEP pinta un cuadro “francamente malo”: faltan chalecos y el despliegue de pistolas eléctricas avanza “a un ritmo insuficiente” (habla de “700–800 unidades hasta 2027–2028”). Asegura que 2024 se cerró con “una cifra récord de 100 agresiones al mes” a policías nacionales y que la tendencia “es ascendente y sostenida”.

El entrevistado denuncia falta de personal pese a tasas de reposición elevadas en la oferta de empleo y critica la burocracia que dificulta volver de segunda actividad tras una recuperación médica. En clave interna, reivindica que el CEP ha logrado impulsar un seguro de responsabilidad civil para cubrir actuaciones en servicio y defiende un código ético en el sindicato (sin embajadas ni medallas para dirigentes, auditoría externa de cuentas).