El precio del euro y el dólar vuelven a la paridad. Es decir, un euro es casi igual a un dólar (0,9999). Algo que llevaba sin ocurrir desde noviembre de 2002. Tras el rebote que desequilibró su similar valor al arranque del mes de julio, las secuelas de la pandemia, las pesimistas previsiones sobre la inflación en la zona euro, que ya se sitúa en el 9,1%, y las amenazas de un corte total del suministro a Europa del gas y el petróleo ruso han devuelto la paridad entre ambas divisas continentales.
Más que la fortaleza del dólar, la debilidad del euro y su caída poseen gran parte de la respuesta del por qué de la paridad euro-dólar. Sus ciclos vitales son distintos. Ante la amenaza creciente de la recesión, la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) fue el primer banco central continental en acometer una agresiva subida de tipos de interés dentro del endurecimiento de la política monetaria que siguen sus homólogos continentales en el resto del mundo como escudo a la inflación.
Paridad euro-dólar: ¿por qué?
El Banco Central Europeo (BCE), por su parte, ha confirmado hoy la cuantía de esa segunda subida de tipos, después de la acometida en julio, de 0,50%. Ha sido la más elevada de la historia de la zona euro, siendo del 0,75%, que deja los tipos de interés europeos en el 1,25%.
Este desajuste en los diferenciales de tipos de interés genera una entrada a mayor velocidad en suelo americano de capitales financieros, con los inversores buscando el flotador de la seguridad, que precisamente no tiene el euro. El resultado: el dólar crece y el euro adelgaza.
Paridad euro-dólar: consecuencias
La subida de los tipos de interés tiene una consecuencia clara: el encarecimiento de las hipotecas y del resto de préstamos. En lo que respecta a la paridad euro-dólar, estas serán sus implicaciones:
- Encarecimiento de las materias primas. Además, en el peor momento, con la guerra de Ucrania sin visos de finalización. Estados Unidos no muestra tal dependencia de las materias primas rusas para fabricar energía
- Compras de materias primas más caras. Al realizarse la mayoría de las operaciones y transacciones en dólares en su mayoría, serán más caras. Europa y España son compradores netos, por lo que los productos que se compran se encarecerán.
- Reducción del precio de las exportaciones. Los que vengan a comprar a Europa lo harán invirtiendo menos dinero, lo que las impulsará. Una parte positiva.
- Mayor crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB). Consecuencia del último apartado.
- Se encarecen las importaciones. Las empresas que acudan a comprar fuera de la Unión Europea deberán pagar más que hace unos meses al verse depreciado el euro.
- El turismo, más caro. Visitar la Estatua de la Libertad, la Gran Manzana o cualquier rincón estadounidense saldrá también más caro en unos meses. Al contrario que visitar Europa, que a ellos les saldrá más barato al disfrutar de un mayor poder adquisitivo. Por ello, este sector europeo será el gran beneficiado colateralmente.
- La Bolsa, también afectada. Quien posea una cartera diversificada con acciones o fondos de inversión americanos asume un riesgo divisa, ya que ha vendido euros para comprar dólares para, a su vez, comprar esos activos financieros.
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