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Portugal aprueba las bolsas de nicotina, planta cara al cigarrillo y activa un impuesto especial para aumentar la recaudación

El Gobierno luso incluirá por primera vez las ‘nicotine pouches’ en el impuesto sobre el tabaco con un 0,065 euros por gramo a partir de 2026.

Bolsas de Nicotina
Bolsas de Nicotina |EFE
Francisco Miralles
Fecha de actualización:
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Portugal moverá ficha en 2026 con la creación de una categoría fiscal específica para las bolsas de nicotina (productos de uso oral sin tabaco y sin combustión), que tributarán a 0,065 €/g de peso neto. La iniciativa, recogida en el paquete de imposición indirecta del Presupuesto del Estado, pretende ordenar un mercado en expansión y reforzar la recaudación, en paralelo al debate que la Comisión Europea impulsa sobre mínimos armonizados para nuevos productos de nicotina.

Grecia también ha movido ficha recientemente, pues hace dos semanas entró en vigor en Atenas la Ley 5216/2025, que refuerza la protección de menores, unifica el control y las reglas de venta de todas las categorías (cigarrillos, tabaco calentado, cigarrillos electrónicos, productos herbales y bolsas de nicotina) y cierra vacíos normativos con un marco multicategoría más estricto. La norma (publicada en el Boletín Oficial griego el 7 de julio) prevé sanciones por venta a menores y un registro digital de control, entre otras medidas. El Gobierno ya había adelantado, además, que impondrá un límite máximo de nicotina por bolsita para las pouches, alineado con las referencias técnicas europeas.

Las bolsas de nicotina se parecen visualmente al snus (tipo de tabaco húmedo en polvo), pero que no contienen tabaco; incorporan nicotina y excipientes y se colocan entre la encía y el labio superior. El snus sí contiene tabaco y su venta está prohibida en la UE, con la excepción de Suecia.

España, que además, ha puesto el foco técnico en las bolsitas a través de un informe difundido por el Ministerio de Sanidad (se puede consultar en este enlace) que compendia la evidencia del Instituto Federal alemán para la Evaluación de Riesgos (BfR). Ese documento explica, entre otros puntos, que en el mercado europeo se han detectado pouches de hasta 47,5 mg de nicotina por unidad y que la absorción puede alcanzar niveles comparables a los del cigarrillo convencional con productos de alta dosis.

Qué dice el informe técnico que cita Sanidad

El informe detalla que, en pruebas de laboratorio y estudios farmacocinéticos, la nicotina extraída de una bolsita puede superar el 50% del contenido, y que con 30 mg por bolsa se registraron picos en sangre (29,3 ng/ml) superiores a los de un cigarrillo (15,1 ng/ml). Ese ascenso rápido de nicotina se asocia a mayor potencial adictivo.

Como umbral técnico de referencia, el BfR propone 16,6 mg por bolsa como límite superior aceptable en términos de toxicidad aguda (sin pictograma de “toxicidad aguda”), estimando que a esa dosis, tras 20 minutos de uso, la concentración en sangre sería equiparable a la del consumo de un cigarrillo.

Sobre la carcinogenicidad, el compendio técnico recuerda que no hay evidencia concluyente de que la nicotina por sí sola cause cáncer, frente a la certeza de que varias TSNA sí son carcinógenas genotóxicas (NNN y NNK, grupo 1 de la IARC).

EE. UU. avala con condiciones

El giro de Portugal llega tras dos hitos regulatorios en Estados Unidos. Por un lado, en noviembre de 2024, la FDA renovó la autorización de riesgo modificado para ocho productos de snus General de Swedish Match, permitiendo comunicar que su sustitución por cigarrillos reduce el riesgo de varios cánceres y enfermedades cardiovasculares y respiratorias.

Por otro lado, en enero de 2025, la agencia autorizó la comercialización de 20 pouches de nicotina ZYN tras una revisión científica extensa (la primera autorización de este tipo), destacando niveles sustancialmente menores de componentes nocivos que en cigarrillos y en la mayoría del tabaco oral tradicional, y datos de cambio completo desde cigarrillos hacia estos productos entre parte de los adultos. La compañía ha solicitado además poder comunicar riesgo reducido, trámite que exige una autorización adicional.

Ahora, ¿Qué implica esto tanto económicamente como sanitariamente? Pues. El nuevo impuesto especial portugués aporta certeza jurídica y puede ordenar la competencia entre categorías, a la vez que desincentiva dosis extremas y productos de baja calidad. En paralelo, el debate sanitario se desplaza del “todo o nada” hacia marcos multicategoría que combinen fiscalidad, límites de contenido (por ejemplo, umbrales de nicotina y control de TSNA), envases y verificación de edad. La experiencia comparada sugiere que, bien reguladas, las alternativas sin combustión pueden reducir exposición a tóxicos respecto al cigarrillo, sin dejar de exigir salvaguardas firmes frente al uso juvenil y al doble consumo.

Qué debe mirar España

Para España, donde Sanidad ultima el desarrollo reglamentario sobre bolsas de nicotina y otros productos, el movimiento luso introduce un vecino con referencia fiscal clara (0,065 €/g) y una senda de regulación proporcional al riesgo respaldada por evidencia técnica europea (BfR). La clave estará en fijar estándares de calidad, límites de nicotina y controles eficaces que protejan a menores y poblaciones vulnerables, al tiempo que se acota el mercado ilícito.