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Marsha, 77 años: “me he jubilado en España porque en ese país podría vivir de mi pensión, no como en Estados Unidos”

Con 70 años decidió jubilarse en otro país porque en Estados Unidos el coste de la vida es muy alto y las pensiones de jubilación no alcanzan para el día a día.

Marsha mirando a la cámara
Marsha mirando a la cámara |Marsha Scarbrough | travelandleisure
Berta F. Quintanilla
Fecha de actualización:
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Cuando cumplió 70 años, Marsha Scarbrough se dio cuenta de que en Estados Unidos (EEUU) era casi imposible sobrevivir con lo que iba a cobrar de pensión de jubilación. Después de una carrera laboral de más de 20 años en Hollywood como asistente de producción, invirtió parte de sus ahorros en comprar dos casas y poder sobrellevar los gastos de su jubilación. Pero el plan no salió como esperaba. A día de hoy, muchas personas mayores cambian de país de residencia para aprovechar las condiciones más ventajosas de la jubilación en España, como es el caso de Diane, que dejó Reino Unido.

Por eso, tras conocer España y enamorarse de Andalucía en un viaje, decidió mudarse a Madrid, donde ahora cobra la pensión de jubilación de la Seguridad Social y vive de una manera bastante holgada. Un cambio de vida radical porque, con 63 años, como cuenta ella misma en el blog travelandleisure, estaba en bancarrota y en un proceso de ejecución hipotecaria. 

A esto, tenía que sumarle una deuda que tenía con un amigo y que todavía no había pagado. Por eso, cuando llegó el momento de solicitar la pensión en Estados Unidos, se dio cuenta de que era imposible sobrevivir así y tomó una decisión drástica. A su favor, como explica en el artículo, que no se había casado, no tenía hijos y ahora tampoco vivienda en propiedad. 

“Supe que debía jubilarme en un país donde pudiera vivir de mi pensión”

Marsha con maletas en el aeropuerto. | Viajes y Ocio

“Me di cuenta de que, si alguna vez me jubilase, tendría que ser en un país donde pudiera vivir de la pensión”, señala. Porque cuando cumplió la edad de retiro, decidió seguir trabajando y realizó un curso para conseguir el certificado TESOL (Teaching English to Speakers of Other Languages) y consiguió un empleo fugaz en México para enseñar a estudiantes de intercambio.

Allí conoció a un profesor español que la invitó a pasar unos días en Madrid. Cuando llegó a España se enamoró al momento de la ciudad, aunque reconoce que lo que más llamó su atención es que “era más barato que muchos países sudamericanos”. Además del coste de vida, estudió la red de transporte público, el clima, la comida y las costumbres. 

Por eso, al regresar a Estados Unidos comenzó con todos los trámites para mudarse a España. Le pidieron documentación variada, entre las que estaba una carta en la que asegurase que no tenía ninguna enfermedad contagiosa. 

“Mi pensión en Estados Unidos apenas llegaba al mínimo”

Cuando regresó a EE. UU., antes de trasladarse a España, estuvo investigando cuánto iba a cobrar de pensión. “Apenas alcanzaba el umbral económico, por eso, empecé a recopilar documentos, escribí al FBI y pedí una apostilla. Luego, contraté un seguro médico en España, imprimí el pasaporte y pagué las tasas”.

Poco más tarde, estaba volando hacia Madrid con todo lo que tenía, metido en cuatro maletas. A los 30 días ya tenía la documentación que necesitaba para empadronarse en Madrid y comenzar una nueva vida.