Son varias cuestiones las que, actualmente, se debaten en tema de pensiones. Una de ellas es si se debería de seguir cobrando la pensión de viudedad, argumentando algunas personas que, dicha prestación, se originó debido a que entonces la mujer no estaba incorporada en el mercado laboral como ahora (esta pensión nació en 1967), por lo que venía a proporcionarle una fuente de ingresos. Para otros, sigue siendo importante, ya que viene a contrarrestar igualmente la pérdida de ingresos en el hogar familiar.
Todo esto se debatió hace unos meses en un programa de ‘Y Ahora Sonsoles’, donde destacó el testimonio de Charo, una pensionista de 79 años que no estaba contenta con la cuantía que venía cobrando, siendo beneficiario de dos pensiones diferentes. Por un lado, cobraba 1.400 euros de viudedad y, por otro, 900 euros de pensión de jubilación. Así, sumando ambas, cobra unos 2.300 euros mensuales.
A pesar de que, para muchos, se trata de una cifra elevada, esta se mostraba descontenta, denunciando que le habían reducido 200 euros por cobrar la pensión de viudedad a sus 79 años. Charo, manifestaba que los pensionistas de viudedad son un colectivo vulnerable: “somos un grupo de personas que, aparte de haber perdido a nuestra otra mitad, eso crea una soledad también. Y si eso va acompañado de una no buena remuneración, el problema es gordo”.
“Mi marido cotizó toda su vida de trabajo para cobrar un sueldo y a mí me pagan el 52% de ese sueldo”
La crítica de Charo se centra en la pensión de viudedad, alegando que “mi marido cotizó toda su vida de trabajo para cobrar un sueldo y a mí me pagan el 52% de ese sueldo”. Ante sus palabras, la presentadora del citado programa, Sonsoles Ónega, le preguntó si consideraba que cobraba poco, afirmándole esta que sí: “yo quiero lo justo”, alegaba.
Asimismo, le preguntaron por qué le practicaban ese recorte en la pensión de viudedad: “Eso me gustaría saber yo, el 48% no sé quién se queda con él. Si él estuviera vivo ahora, seguiría cobrando su sueldo completo. ¿Por qué yo no? Y no solo eso, sino que de mi pensión se me han rebajado 200 euros por llegar un tope que no sé cuál es ese tope”, protestaba. En esta línea, denunciaba que existiera un ‘tope’ a la hora de recibir la pensión, pero no a la hora de pagar: “Aquí en este país no hay tope para pagar la luz, el agua, el teléfono, la vivienda, la comida… para eso no hay tope”, expresaba.
En cuanto al debate de si la pensión de viudedad se ha quedado obsoleta, y que ya no tiene sentido porque la mujer trabaja, Charo lo dejaba claro: “Lo entiendo, pero no lo comparto”. Volviendo a su situación, reclamaba que “si cuando él desaparece yo tengo que vivir con la pensión que me queda, aquí no puedo vivir, ¿quién puede vivir en este país con 1.200 euros?”, preguntaba.
Ante esto, la presentadora le respondió que hay muchas personas que viven en España con 1.200 euros. Y no solo pensionistas, sino también jóvenes que es lo que cobran de sueldo trabajando a jornada completa, apuntaba una colaboradora. Sobre esto, Charo defendía que no se vive, se “malvive”.
En último lugar, quiso reivindicar que el de los pensionistas es un colectivo con una edad importante y que “los pocos años de vida tenemos que tenerlos cubiertos, no tengo por qué hacer números cuando he trabajado toda mi vida para tener un status social normal”.
