Salarios más altos, aprender un nuevo idioma, tener un nivel de vida mayor… Son algunas de las razones que llevan a una persona a decidir vivir en el extranjero. En este sentido, países como Alemania, Suiza, Suecia o Noruega son cada vez más demandados, especialmente por las retribuciones y condiciones laborales que ofrecen. Además de que en los últimos años han tenido una escasez de mano de obra importante, sobre todo de lo que se conoce como el personal de ‘oficios’.
Pablo González ha vivido esto en primera persona, y es que en 2011 se marchó a Noruega para trabajar de albañil. A finales de 2020, publicó un vídeo en su canal de YouTube para explicar cómo es trabajar en el sector de la construcción, hablando de aspectos como la oferta, los sueldos y los horarios.
“Es un sector que yo conozco muy bien porque trabajo desde hace más de 7 años en una de las principales constructoras del país y por mi trabajo viajo mucho por el país y veo muchas obras diferentes”, explicaba, añadiendo que se trata de un sector “en el que hay bastante trabajo”.
De hecho, cuando aterrizó, le sorprendió la falta de infraestructuras en muchos puntos: “ya por aquel entonces la gente que yo conocía me decía que si hubiera venido hace diez años todavía el shock hubiera sido mucho mayor, acostumbrado a un país como España en el que tenemos buenas infraestructuras a nivel general”.
Los salarios en Noruega
Hay que señalar que los salarios actuales podrían ser más altos porque el video se publicó en 2020, pero ya entonces, para los puestos especializados en ramas de la construcción, como fontanería o electricidad, el sueldo mínimo era de 209 coronas por hora, que vendría a ser aproximadamente unos 20 euros la hora.
Para la gente no especializada, que acababa de llegar al sector en general y sin experiencia ni estudios, este salario mínimo era de 188 coronas, unos 18 euros. Pasando a sueldos más específicos, González explicaba que un pintor se estaba pagando sobre “los 3.600 euros brutos al mes”, y los fontaneros estaban en “unas 41.000 coronas brutas, unos 4.100 euros”.
Por su parte, los carpinteros se encontraban alrededor de los 36.500 euros brutos anuales, los conductores de grúa sobre los 44.300 euros brutos y los conductores de máquinas de conducción y similares alrededor de los 41.000. Así, resumía que estaban “entre los 3.600 de los pintores hasta los 4.300 de los conductores de grúas más o menos”.
Jornadas de 37,5 horas con posibilidad de trabajar de lunes a jueves
Otro aspecto que llamaba la atención es que, ya entonces, la jornada laboral promedia era de 37,5 horas semanales. Aunque los horarios en la construcción podían variar dependiendo del tipo (por ejemplo si es civil o edificación), este albañil en Noruega explicaba que por norma general se trabajaba de 8 de la mañana a 4 de la tarde, de lunes a viernes, pero que podía haber diferentes turnos.
También recalcaba que se pagaban todas las horas extra (algo que en España busca controlar más el Ministerio de Trabajo), y que por lo general se pagaban “muy por encima” del salario/hora normal. También señalaba que había una alternativa que era, en vez de trabajar de lunes a viernes, hacerlo de lunes a jueves: “es un sistema que se lleva bastante en las obras quizás más propias de ingeniería civil, de carreteras, de puertos, de autopistas, de vías de tren… porque muchas veces estas obras están en localizaciones más remotas y la gente necesita fines de semana más largo para poder volver a casa”, matizaba.
A pesar de que, según sus experiencias, las condiciones laborales en el sector de la construcción son muy óptimas en Noruega, Pablo declaraba que “la decisión siempre de irse a otro país a buscar trabajo es una decisión muy personal y hay muchos factores que entran en juego: la propia persona en sí, la experiencia que cada persona tenga, lo bien que se desenvuelve una persona en un ambiente diferente…”, añadiendo que hay otros aspectos “que son meramente suerte, que una persona en un momento dado está en el sitio correcto y en el lugar correcto” pero en su percepción “el sector de la construcción funciona bien en Noruega”.

