La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha lanzado una advertencia preocupante para los propietarios de miles de coches diésel adquiridos en España a partir de 2015. Según la OCU, se han detectado fallos de diseño en el depósito de Adblue, presente en vehículos de las marcas Citroën y Peugeot, lo que ha llevado a los propietarios a enfrentar costosas reparaciones para poder utilizar sus vehículos.
El sistema Adblue, conocido por su capacidad para reducir las emisiones contaminantes, presenta un fallo generalizado que afecta el funcionamiento normal de los coches, según se publica en la web de la OCU. El problema radica en un defecto de fábrica que se refleja en uno o varios componentes localizados en el tanque de los vehículos con motores diésel PSA.
La solución comúnmente requerida implica la sustitución del depósito de Adblue, lo cual puede llegar a costar hasta 2.000 euros en algunos casos. Ante esta situación, la OCU ha presentado una denuncia contra Citroën ante la Dirección General de Consumo de la Comunidad de Madrid y ha notificado a las autoridades europeas de la red CPC (Cooperación para la Protección del Consumidor) sobre la conducta comercial desleal del fabricante, acusándolo de haber ocultado información y actuar en contra de los derechos de los consumidores.
#Coches Miles de usuarios de coches diésel de Citroën y Peugeot llevan años sufriendo las consecuencias de un fallo de diseño en el depósito de Adblue, que les obliga a afrontar costosas reparaciones entre 1.200 y 2.000 euros.
— OCU (@consumidores) May 29, 2023
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Qué hacer si mi coche está afectado por este fallo
Para abordar esta incidencia, la OCU ha lanzado la campaña "Fallo Adblue: enemigo del motor" para los propietarios de los automóviles afectados, instando a que el sistema Adblue defectuoso sea reemplazado sin costo adicional para el usuario o que se reembolse el dinero pagado por las reparaciones realizadas por los conductores, una cantidad estimada entre los 800 y los 1.200 euros.
La OCU también ha aprovechado esta situación para recordar la importancia de un buen mantenimiento de los vehículos, ya sea diésel o gasolina, con el objetivo de reducir el número de averías. Algunas de las averías más comunes que podrían evitarse incluyen el no prestar atención a los testigos del coche, confundir el tipo de combustible al repostar o descuidar la revisión del nivel de aceite. Estos descuidos pueden acarrear graves averías a corto o largo plazo en nuestro coche.
Desde el Real Automóvil Club de España (RACE) se advierte que es vital revisar el nivel de aceite regularmente para evitar un desgaste prematuro del motor y posibles averías. Se recomienda cambiar completamente el aceite anualmente o cada 15.000 kilómetros, o cada dos años o 30.000 kilómetros en su defecto.
Asimismo, se destaca la importancia de mantener la presión adecuada en los neumáticos, ya que una presión insuficiente puede aumentar el desgaste y el consumo de combustible, llegando incluso a provocar pinchazos o desinflados que pueden resultar en situaciones peligroso.
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