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La OCDE da un toque a España: el subsidio para mayores de 52 años desincentiva buscar trabajo y pide reformarlo

La OCDE defiende una reforma de los subsidios donde se eliminen los privilegios para los mayores de 52 años (la duración ilimitada y la cotización en la jubilación).

La ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, este miércoles en el Congreso
La OCDE da un toque a España: el subsidio para mayores de 52 años desincentiva buscar trabajo y pide reformarlo |EFE
Esperanza Murcia
Fecha de actualización:
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El subsidio para mayores de 52 años es la ayuda asistencial más beneficiosa del SEPE. Por un lado, se concede de manera indefinida hasta encontrar trabajo o alcanzar la edad ordinaria de jubilación. Y, por otro, es el único subsidio que cotiza a la Seguridad Social de cara a la futura pensión de jubilación (concretamente, por el 125% de la base mínima de vigente). Es por ello que, para muchos economistas, es una ayuda que desincentiva la búsqueda de empleo. Y así lo cree también la OCDE.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, en el informe sobre España que lanzó hace unas semanas (y que se puede consultar aquí), advirtió de varios problemas estructurales y, uno de ellos, es el alto desempleo. En relación a este, advirtieron que el envejecimiento de la población y las bajas tasas de empleo entre los trabajadores de mayor edad amenazan con reducir la oferta laboral, frenar el crecimiento potencial e incrementar las presiones fiscales, pese al impulso positivo de la creciente migración en los últimos años. 

En este contexto, señalaron la necesidad de realizar más esfuerzos para reforzar los incentivos que animen a los trabajadores de más edad a permanecer activos. Y aquí entra la reforma de las prestaciones no contributivas por desempleo, esto es, reformar los subsidios (que ya se modificaron el pasado año), con el objetivo de que los trabajadores de todas las edades reciban el mismo apoyo.

Gráfico de los subsidios
Gráfico sobre el evenjecimiento de la población y su efecto en el mercado laboral | Fuente: OCDE

“El diseño de la prestación asistencial de desempleo para los mayores de 52 años sigue desincentivando el trabajo y debería reformarse. Introducir vales individuales de formación para trabajadores de más edad, centrados en sectores con escasez de mano de obra o cambios tecnológicos, puede ayudar a aumentar su participación en el aprendizaje a lo largo de la vida”, advierte la OCDE.

La duración de los subsidios no debería depender de la edad

Para la OCDE, muchos trabajadores de edad avanzada han considerado las prestaciones por desempleo “como un plan de jubilación anticipada de facto”, aunque recientemente la participación en la población activa y el empleo hayan mostrado una cierta mejora para las personas de entre 60 y 64 años, con un aumento de la tasa de actividad de 8,8 puntos porcentuales entre 2019 y 2024.

Para esta organización, las tasas de inactividad para las personas de entre 55 y 64 años siguen siendo elevadas, abandonando muchas de ellas el trabajo mucho antes de alcanzar la edad legal de jubilación. “Esto refleja (...) los débiles incentivos para volver a trabajar tras el desempleo, la limitada inversión en la empleabilidad de los trabajadores de más edad y la escasa demanda de estos trabajadores”, manifiestan.

Así, su conclusión es clara, y es que el diseño de las prestaciones por desempleo sigue generando “importantes desincentivos para el empleo de los trabajadores de más edad”. En relación con los subsidios, destacan la distinción de la duración de los mismos en función de la edad, estando en contra de la protección especial que se le da a los trabajadores más mayores: “Si bien la mayor generosidad de la asistencia proporciona una protección adicional contra la pobreza en la vejez, algunos estudios indican que también puede reducir los incentivos para buscar empleo de los trabajadores mayores, especialmente entre aquellos con bajos ingresos potenciales”. 

A un trabajador mayor no le sale rentable volver al mercado laboral 

En el informe, la OCDE hace mención a una “tasa impositiva de participación”, que consiste en la carga fiscal implícita a la que se enfrenta una persona sin empleo cuando se incorpora al mercado laboral, señalando que es elevada para los trabajadores de más edad en España, lo que agrava los desincentivos existentes para aceptar un empleo. 

“Una persona desempleada de 52 años que se plantee aceptar un trabajo con el salario mínimo puede enfrentarse a tipos impositivos efectivos superiores al 100%, debido tanto a la pérdida de las prestaciones por desempleo como a las cotizaciones implícitas al sistema de pensiones del 125% vinculadas a estas prestaciones”, señalan, poniendo de manifiesto que, estos trabajadores, ganan más percibiendo la ayuda que lo que obtendrían al empezar a trabajar en un empleo por el Salario Mínimo Interprofesional.

Es por ello que, dentro de esta reforma de los subsidios, defienden que la duración de los subsidios por desempleo no debería depender de la edad. “Las cotizaciones a la pensión deberían limitarse a los beneficiarios del seguro de desempleo y no extenderse a los beneficiarios de las prestaciones asistenciales por desempleo. Actualmente, la búsqueda activa de empleo es un requisito para recibir prestaciones por desempleo. Sin embargo, es necesario realizar más esfuerzos para garantizar el cumplimiento y la participación en los programas de activación, con el fin de evitar la dependencia a largo plazo y el distanciamiento del mercado laboral”, explican.

La reforma de los subsidios por la que apuesta la OCDE

En definitiva, la OCDE advierte de que, a pesar de las reformas recientes del sistema de prestaciones por desempleo, para los trabajadores mayores de 52 años la reincorporación al empleo se ve desincentivada por estas ayudas asistenciales [el subsidio para mayores de 52 año] que no tienen límite temporal, no están dirigidas a los hogares con bajos ingresos, permiten seguir acumulando derechos de pensión tras agotar las prestaciones contributivas y generan derechos superiores a los obtenidos en empleos de bajos salarios”.

Por esta razón, su reforma pasa porque los trabajadores de todas las edades “reciban un apoyo equitativo, restringiendo la acumulación de derechos de pensión únicamente a la fase del seguro de desempleo, introduciendo pruebas de ingresos a nivel del hogar, reduciendo gradualmente los niveles de prestación, limitando su duración y aplicando de forma efectiva los requisitos de búsqueda activa de empleo”.