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Juan David Ramírez, experto en finanzas: “la cesta de la compra ha subido un 124,21% en los últimos 20 años. ¿Vuestro salario ha subido lo mismo?”

Compara un ticket de 2004 con los precios actuales y calcula que la misma compra hoy costaría 99,17 euros frente a 51 euros entonces.

Juan David Ramírez
Juan David Ramírez |Instagram
Francisco Miralles
Fecha de actualización:
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En España, todos los que vamos al supermercado nos hacemos la misma pregunta y es cómo ha subido tanto la cesta de la compra. Pero para comprobar realmente cómo han subido los precios, lo mejor es coger un ticket antiguo y compararlo con uno actual para ver la variación de los precios. Justamente esto es lo que ha hecho Juan David Ramírez, experto en finanzas y conocido en Instagram como @ramgaldavis, en un vídeo en el que revisa, producto a producto, cuánto se ha encarecido una cesta tipo desde 2004.

Con un ticket antiguo como referencia, explica que el precio total de esa compra habría aumentado un 124,21% en veinte años, pasando de los 51 euros a 99,17 euros. El experimento deja una pregunta abierta: “La subida total ha sido de un 124,21%”, afirma, al calcular que la misma compra hoy costaría 99,17 euros frente a los 51 euros de entonces. A partir de ahí lanza una pregunta directa a su comunidad: “En 20 años, ¿vuestro salario ha subido un 124,21%?”.

Comparando tickets

El experto repasa línea a línea y deja varias referencias que conectan con la cesta real de cualquier hogar. Cita, por ejemplo, “el tomate canario de 0,75 a 1,80 (+140%)”, “un pepinito holandés de 0,58 a 2,45 (+322,41%)” y “los bocadillos que yo me comía de paté de 0,47 a 1,75 (+272,34%)”.

En conservas y salsas, “adivina el ketchup… de 0,37 a 1,15 (+210,81%)”, mientras que “una pizza Margarita tampoco ha subido mucho: de 1,90 a 2,20 (+15,79%)”. En carnes y derivados, “alitas de pollo de 1,37 a 4,91 (+258,39%)” y “salchicha frankfurt de 0,23 a 1,30 (+465,22%)”.

Entre los básicos de despensa, “el litro de aceite de girasol de 0,76 a 1,80 (+136,84%)”, “café molido natural de 1,17 a 5,40 (+361,54%)” y “baconcito de 1,39 a 2,30 (+65,47%)”. También destacan los “huevos grandes de 1,09 a 3,90 (+257,80%)”. Con todo el listado calculado, el resultado que ofrece es una cesta un 124,21% más cara que en 2004.

Una cesta concreta no es lo mismo que el IPC

El ejercicio de Ramírez es ilustrativo y conecta con la percepción de los consumidores, pero hay que tener en cuenta que esto no lo podemos comparar con la cesta oficial que publica el Instituto Nacional de Estadistica (INE), que pondera miles de precios y cambia cada año según el consumo real de los hogares. Aun así, comparaciones similares con tickets de 2004 se han hecho virales este año y arrojaron resultados próximos al “doble” para compras reales replicadas en 2025, con totales que pasaban de unos 51–52 euros a entre 90 y 98 euros, según reportajes televisivos y prensa que citaron esos casos virales.

Ahora bien, ¿qué nos dice el INE? Según las estadísticas, el grupo “Alimentos y bebidas no alcohólicas” se ha encarecido en torno al 75–80% desde 2004. Medios que repasaron la serie oficial este año situaron el incremento en el 77,7% para alimentos y bebidas no alcohólicas desde 2004, y el IPC general acumulado en el 53,7% en el mismo periodo. Es decir, los alimentos han subido mucho más que el conjunto de precios.

Si se consulta la base del IPC por grupos ECOICOP del INE, se comprueba igualmente la fuerte escalada del grupo 01 (alimentos y bebidas no alcohólicas) frente al índice general en la última década y media. Estas dinámicas ayudan a entender por qué, al replicar un ticket concreto, el resultado puede acercarse al “doble” aunque la media del INE para alimentos desde 2004 sea menor.

¿Y los sueldos?

Ramírez cierra con una cuestión clave: “¿vuestro salario ha subido un 124,21% en 20 años?”. La comparación es pertinente porque la pérdida de poder adquisitivo se produce cuando los sueldos crecen menos que los precios. Los datos oficiales muestran que, en conjunto, los precios han subido mucho desde 2004 y los alimentos, más aún; por eso la sensación de “cesta imposible” se ha acentuado en los últimos años.