El acceso a la vivienda sigue siendo uno de los principales problemas que preocupan a los jóvenes en España. Con los precios en máximos históricos y la dificultad de emanciparse cada vez mayor, la queja de que comprar o alquilar una casa resulta inalcanzable se repite entre ellos cada vez con más frecuencia. Sin embargo, el economista Gonzalo Bernardos que los jóvenes (de menos de 40 años) están comprando más vivienda que nunca desde 2007, algo que, en sus palabras, incomoda especialmente a los políticos de izquierda.
Así lo ha asegurado a través de cuenta en la red social X (antes Twitter), en la que el profesor de economía sostiene que el auge de la compra de vivienda por parte de los jóvenes contradice una de las críticas habituales al mercado inmobiliario.
“A los políticos de izquierda les fastidia que los jóvenes (menores de 40 años) estén comprando más vivienda que nunca desde 2007. ¿Por qué? Porque se les cae el discurso de que los compradores principales son los fondos de inversión, extranjeros, especuladores y rentistas”, escribió en la red social.
Por qué los jóvenes están comprando más casas, según Gonzalo Bernardos
Bernardos no solo asegura que los jóvenes, menores de 40 años, compran más ahora que 2007, sino que explica los motivos por los que están repuntando las mismas:
- Tienen una mayor estabilidad laboral, gracias a que los contratos indefinidos dan acceso a una hipoteca.
- La hipoteca es más barata que pagar un alquiler. Según señala, a muchos jóvenes les resulta más económico pagar una cuota mensual de préstamo que el alquiler de un piso.
- Ayuda de sus padres y abuelos. Según el economista, hay un “gran trasvase de capital de padres y abuelos a hijos y nietos” y con lo recibido, “consiguen el dinero que no les presta el banco”.
De este modo, aunque el problema de los altos precios de la vivienda en España es un hecho, el papel de las familias resulta determinante en que muchos jóvenes puedan acceder a la propiedad. De este modo, insiste en que el mercado no está dominado únicamente por inversores y especuladores, algo que hace que se caiga el discurso de los políticos de izquierdas.