Así como el precio de la luz sube y marca máximos, el precio de los carburantes también lo hace, especialmente en Navidad, cuando se producen millones de desplazamientos. Según el último Boletín Petrolero de la Unión Europea, el precio medio del litro de diésel se mantiene estable esta semana en 1,432 euros, tras haber encadenado seis semanas consecutivas de subidas y alcanzar máximos desde principios de septiembre. Por su parte, la gasolina también continúa su escalada y marca un precio de 1,515 euros por litro, reafirmándose en máximos desde la segunda semana de septiembre.
Estos niveles de precios interrumpen la tendencia de abaratamientos registrada desde mediados de julio hasta octubre, periodo en el que el precio de la gasolina acumuló una reducción del 8,9% y el diésel del 9,2%.
A pesar de estas subidas en el precio de la gasolina, lo cierto es que todavía podemos encontrar gasolineras donde el precio del diésel se encuentra por un poco por encima del euro (1,02 euros/litro), como ocurre en las provincias de Navarra, Murcia o Córdoba.
El precio de la gasolina sube hasta los 1,515 euros
El precio medio del litro de gasolina es de 1,515 euros, lo que supone un aumento en comparación con la semana anterior. Con este precio, llenar un depósito medio de 55 litros de gasolina tiene un coste aproximado de 83,32 euros, un ahorro de 0,94 euros en comparación con el mismo periodo del año anterior, cuando el precio alcanzaba los 84,26 euros.
Si consultamos la Sede Electrónica del Ministerio de Industria y Turismo, en el apartado “precio de carburantes en las gasolineras españolas”, se pueden verificar los precios de la gasolina y el diésel en cada provincia y gasolinera. Según los datos disponibles, las gasolineras más económicas para la gasolina sin plomo 95 en la península están en Buñuel (Navarra), donde el litro se vende a 1,219 euros en la estación de servicio E.S. Buñuel SL.
Tras esta, otras gasolineras destacadas por sus precios competitivos son Plenoil en L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona) con 1,306 euros y Family Energy en Cartagena (Murcia), que ofrece el litro a 1,309 euros. En Córdoba, la gasolinera Autacor también presenta un precio accesible de 1,313 euros.
Llenar un depósito de diésel es 3 euros más barato
El precio medio del diésel (gasóleo A) se sitúa en 1,432 euros por litro, manteniéndose estable respecto a la semana anterior. Con este precio, llenar un depósito medio de 55 litros tiene un coste aproximado de 78,76 euros, lo que supone un ahorro de 3,35 euros en comparación con el mismo periodo del año pasado, cuando el precio ascendía a 82,11 euros.
En cuanto a las estaciones de servicio más económicas, excluyendo Ceuta, Melilla, Baleares, Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife, la gasolinera más barata para el gasóleo A se encuentra en Córdoba, donde el litro se vende a 1,029 euros en la estación de servicio Cotranco.
Otras gasolineras económicas dentro de la península se encuentra en la UTE Estación de Murcia, que ofrece el litro a 1,036 euros, y en Cartagena (Murcia), con precios desde 1,092 euros en la estación de autobuses de Cartagena. En Buñuel (Navarra), el litro de gasóleo A tiene un precio de 1,205 euros en E.S. Buñuel SL. También son destacables varias estaciones en Torrevieja (Alicante), como Plenoil y La Hita - Torrevieja, con precios de 1,209 euros por litro.
La gasolina sube en Europa antes de acabar el año
A pesar del aumento en el precio de la gasolina, España sigue manteniendo carburantes a precios más bajos que la media europea. El precio medio de la gasolina en la Unión Europea es de 1,654 euros y en la eurozona alcanza los 1,705 euros. Por su parte, el diésel es de 1,568 euros de la media de la UE y los 1,593 euros en la eurozona.
El precio de los carburantes está condicionado por múltiples factores, entre los que destacan la cotización específica de cada producto, la carga impositiva, los costes asociados a las materias primas, los procesos logísticos y los márgenes comerciales de las distribuidoras. Aunque la evolución del petróleo influye en los precios, este ajuste no es inmediato, ya que se produce con un decalaje temporal, debido al proceso de refinado y distribución. Por ello, los cambios en el precio del crudo no se trasladan de forma directa y rápida a los carburantes que llegan al consumidor.
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