El uso adecuado de los cargadores para nuestros móviles se ha convertido en una cuestión de interés. No solo para preservar la vida útil de estos aparatos, sino también para minimizar el impacto ambiental… y el de la factura de la luz. Y es que sí; al igual que otros dispositivos, dejar el móvil cargando durante toda la noche puede tener un impacto de hasta 60 euros anuales en tu factura.
Pero esto va más allá. El último informe del Instituto Nacional de Estadística, INE, ha arrojado luz sobre las consecuencias del mal uso de estos dispositivos, destacando no solo el consumo innecesario de energía sino también los peligros potenciales para los usuarios y sus móviles. Estos van desde posibles peligros hasta daños en el terminal.
El consumo fantasma de energía en móviles y otros dispositivos llegan a suponer 5 euros de media al mes, 60 al año
En lo que concierne a su consumo, según datos de Endesa y Red Eléctrica Española, quien transporta toda la energía eléctrica desde los puntos de generación hasta la red de distribución, el uso de cargadores para con nuestros móviles o tabletas, especialmente cuando lo dejamos toda la noche, genera un consumo de energía estimado en 0,030-0,040 (kWh) para una carga completa.
Claro que a primera vista esta cifra puede parecer insignificante, especialmente si se compara con el total de consumo eléctrico de un hogar. Sin embargo, este fenómeno conocido como ‘consumo fantasma’ de energía se suma al gasto energético general de la casa, contribuyendo entre un 7 y un 11% del consumo eléctrico total de un hogar promedio.
Ante esto, esos gastos fantasma llegan a costar de media unos cinco euros mensuales, o lo que es lo mismo, unos 60 euros al año, según Endesa. Este dato cobra relevancia al considerar el conjunto de dispositivos que habitualmente se mantienen en reposo, el conocido como modo standby, como televisores, microondas y ordenadores.
Ocurre en dispositivos que siguen consumiendo energía en reposo o standby
En la mayoría de los casos, incluso en los más modernos, lo hacen conectados a la corriente. Este tipo de consumo ocurre en dispositivos que siguen consumiendo energía para mantener ciertas funciones activas, como relojes, luces indicadoras, sensores remotos o para poder encenderse rápidamente
Asimismo, y aunque el dispositivo se llegue a desconectar, si el cargador sigue enchufado, una pequeña cantidad de energía sigue circulando, lo cual no solo representa un gasto innecesario, sino que también aumenta el riesgo de sobrecalentamiento de los componentes, con el consiguiente peligro de incendio.
Los dispositivos que tienen este consumo son los siguientes:
- Televisores. Aunque estén apagados, pueden consumir energía para mantener el estado de espera para el control remoto.
- Cargadores. De dispositivos móviles o portátiles que permanecen enchufados sin estar conectados al dispositivo.
- Consolas de videojuegos, reproductores de DVD/Blu-ray y sistemas de sonido que tienen luces indicadoras o funciones de reloj.
- Electrodomésticos. Como microondas o cafeteras que tienen pantallas digitales o relojes.
- Ordenadores y periféricos. Incluso cuando están apagados, pueden consumir energía para funciones como la carga de baterías o la capacidad de encendido rápido.
- Adaptadores de corriente. Los que permanecen conectados aunque no estén cargando ningún dispositivo.
Cómo evitar este consumo
Como vemos, el consumo fantasma puede representar una parte significativa del uso total de energía de un hogar. Y aunque el consumo individual de cada dispositivo puede ser pequeño, la suma de todos puede resultar en un coste adicional notable en la factura de electricidad a lo largo del tiempo. Para reducir el consumo fantasma, se pueden tomar medidas como estas:
- Desconectar los aparatos cuando no estén en uso.
- Utilizar regletas de enchufes con interruptor para apagar varios dispositivos a la vez.
- Comprar dispositivos con mejor eficiencia energética y menores consumos en modo de espera.
- Usar enchufes inteligentes que cortan la corriente automáticamente.

