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Carole Taylor, jubilada: "Soy una estudiante de 72 años; no deberían cancelar los préstamos universitarios para los mayores de 60 años"

El Partido Laborista británico podría prohibir la financiación estudiantil a las personas mayores.

Carole Taylor en la universidad
Carole Taylor, jubilada |Tony Buckingham | The telegraph
Antonio Montoya
Fecha de actualización:
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Una mujer se prepara para comenzar su segundo año de universidad en septiembre, pero no es la típica estudiante universitaria, ya que tiene 72 años. “Estoy jubilada. Es bastante aburrido”, explica, aludiendo a que estudiar es su mejor forma de mantenerse activa durante su retiro.

“Uno se une a las cosas, me encanta unirme a ellas, y nada es muy importante porque todo el mundo está en la rueda de la jubilación. Enseguida se habla de problemas de salud”, aclara esta mujer jubilada, que no tiene reparos en estar en la universidad a su edad, mejor que hablando de problemas de salud.

Carole Taylor es una mujer jubilada de 72 años, abuela de dos nietos, que estudia Literatura Inglesa y Escritura Creativa en la Universidad de East Anglia. Con el fin de poder pagar su formación en la universidad, Taylor ha solicitado un préstamo estudiantil. Actualmente, la matrícula anual para un estudiante en Inglaterra es de 9.250 libras, pero está previsto que aumente a 9.535 libras en septiembre.

Aunque su situación podría cambiar a partir de 2027, cuando se prevé que los estudiantes como ella (personas mayores de 60 años) pierdan la posibilidad de solicitar préstamos respaldados por el gobierno para cubrir sus tasas universitarias.

“Somos un grupo de personas que aprenden, crecen y prosperan y que no quieren ser relegadas al sistema de atención por ahora”.

La jubilada espera poder terminar su carrera universitaria antes de que se implante la nueva medida, aunque se siente frustrada por otros que no tendrán la misma oportunidad. "Es muy difícil pensar que lo detengan. ¡No nos cierren la puerta!", reivindica Taylor, en favor de que los mayores de 60 años con bajos recursos también tengan la oportunidad de estudiar.

“No entré pensando que tendría algo gratis”

El año pasado, más de 1.000 estudiantes mayores de 66 años, la edad de jubilación estatal, pidieron préstamos a la Student Loans Company (SLC) para cubrir sus matrículas, según datos revelados a The Telegraph bajo las reglas de Libertad de Información.

Ese no es el único dato que refleja la realidad de cuántos deciden estudiar a pesar de su avanzada edad, ya que más de 3.800 estudiantes mayores de 60 años solicitaron préstamos, y 1.824 también solicitaron préstamos para la manutención. Desde 2020, se han solicitado 18.127 préstamos a estudiantes mayores de 60 años.

Aproximadamente unos 20.000 millones de libras al año se destinan a 1,5 millones de estudiantes, según un informe de la Cámara de los Comunes. Se prevé que el valor de los préstamos pendientes alcance los 500.000 millones de libras para finales de la década de 2040, según las predicciones del gobierno.

Estas ayudas sólo se devuelven si la persona graduada supera un cierto umbral de ingresos, el cual está en 25.000 libras esterlinas actualmente. El préstamo pendiente se liquida 30 o 40 años después de finalizar la carrera, dependiendo de cuándo comenzó el estudiante. Para los estudiantes mayores, esto significa que los préstamos a menudo no se reembolsan. El saldo pendiente del préstamo para los mayores de 60 años ronda los 50 millones de libras esterlinas, según la SLC.

Las personas con más de 60 años serán excluidas del préstamo para la matrícula

El “Derecho al Aprendizaje Permanente” reemplazará el sistema actual de financiación de la educación superior, ofreciendo a todos los nuevos estudiantes un préstamo para la matrícula equivalente a cuatro años de estudios universitarios. No obstante, se excluirá de esta ayuda a quienes tengan más de 60 años, ya que en estos casos se prohibirá expresamente conceder préstamos para la matrícula.

Taylor abandonó la escuela a los 16 años y comenzó a trabajar junto a su madre en la compañía de gas. Más tarde, se trasladó a Norwich y tuvo a sus hijos. Antes de iniciar la carrera, completó un año preparatorio porque no contaba con los exámenes de nivel avanzado, por lo que ya lleva dos años cursando estudios universitarios.

Su plan era realizar una maestría al finalizar la licenciatura, siempre que pudiera costearla. Sin embargo, no podrá obtener financiación estatal para ello, ya que las personas mayores de 60 años no tienen acceso a préstamos estudiantiles para cursos de posgrado.

“Nunca entré pensando: ‘Genial, tengo un regalo, no tengo que devolverlo’”.

Taylor asegura que cuenta con un plan para saldar sus préstamos. Tras la muerte de su hijo Jonathan a causa de una adicción, en 2009 realizó un curso de terapia y posteriormente trabajó como voluntaria en prisiones. Su objetivo es crear una colección de libros destinados a los hijos de personas presas y con adicciones.

Gracias a su experiencia en el sistema penitenciario, sabe que existen programas que permiten a los reclusos grabarse en vídeo leyendo cuentos para que sus hijos puedan escucharlos antes de dormir. “Empecé a trabajar en rehabilitación justo después de su muerte”, explica. “Fue muy, muy difícil. Es algo que te golpea constantemente”.

Taylor afirma que su labor le permite sentirse más cerca de su hijo. Ha obtenido financiación universitaria para seguir desarrollando su proyecto y aspira a convertirlo en un negocio sostenible.

Propuesta para pagar préstamos tras el fallecimiento

En la actualidad, los préstamos estudiantiles se cancelan al morir el prestatario. No obstante, Taylor propone que los estudiantes de mayor edad puedan dejar estipulada en su testamento una contribución para liquidar la deuda, una alternativa que, según ella, no ha sido explorada lo suficiente. “Muchos estudiantes mayores están contentos de contemplar la posibilidad de pagar sus préstamos de matrícula a tiempo. Creo que algunos lo tendrán en cuenta en sus testamentos”, afirma.

A sus más de setenta años, asegura que estudiar la mantiene activa. Cada mañana camina 45 minutos hasta el campus y considera muy gratificante convivir con estudiantes jóvenes. “La universidad ha sido fantástica. Han sido muy acogedores. No tengo ningún problema con los estudiantes más jóvenes; todos son muy comprensivos, amables y abiertos. Siento que, como estudiantes maduros, somos un punto de apoyo para los estudiantes más jóvenes que se incorporan a la vida estudiantil y se van de casa por primera vez”, señala.

Una decisión que irá en contra de ayudar a los adultos mayores

El profesor Ian Pickup, vicerrector adjunto interino de la Open University, advirtió: “La decisión de poner fin al acceso a los préstamos para el pago de la matrícula para los mayores de 60 años a partir de enero de 2027 irá en contra de la necesidad de ayudar a los adultos mayores, en particular a los que trabajan, a acceder a la educación y la formación para mejorar, reciclarse y actualizar sus habilidades.

Es necesario reflexionar más sobre cómo apoyar a este grupo de edad para que acceda a las habilidades que ofrece la educación superior si no pueden acceder a la financiación del sistema de financiación estudiantil en un momento en que la población envejece y el país se esfuerza por alcanzar el crecimiento económico”.