La OCU ha puesto de sobreaviso a muchos de los que dejan permanentemente el dinero depositado en la cuenta bancaria. Sobre todo con sus ahorros, una parte importante para tener una buena economía. Lo que sucede es que, como recomiendan desde la Organización de Consumidores y Usuarios, el saldo máximo que puede haber en la cuenta corriente del banco no debe superar el equivalente a tres meses de ingresos de salario.
Claro que, aunque cada vez es más difícil ver el dinero en metálico, todavía hay muchos que lo siguen usando en su rutina. Hoy en día pagamos casi todo con nuestras tarjetas de crédito o débito e incluso manejamos nuestra cuenta de banco desde la comodidad de nuestras casas a través del teléfono móvil.
La cantidad ideal que deberíamos tener en la cuenta corriente son tres meses de nuestro sueldo, según la OCU
Y sí; si bien puede ser más cómodo, también evita el que podamos llevar unas finanzas más claras, pues al no ver lo que gastamos al mes, terminamos con problemas en la cuenta si no controlamos los gastos.
Sin embargo, el motivo por el que la OCU recomienda tener un dinero máximo en la cuenta bancaria no es por evitar que lo gastemos, sino por todo lo contrario: porque el hecho de que el dinero esté en un banco no significa que vaya a estar seguro.
En concreto, recomiendan que dejemos en la cuenta bancaria el equivalente a tres veces tu sueldo. Es decir, si cobramos un sueldo de 1200 euros, tendríamos que tener en el banco un máximo de 3.600 euros. Este margen es el que puede garantizar contar con una liquidez suficiente como para poder afrontar gastos recurrentes y posibles imprevistos sin caer en números rojos. A esto se le denomina ‘colchón de liquidez’, que se refiere a la cantidad de dinero que permite afrontar un imprevisto como una reparación del coche, una avería en el hogar, o cualquier otro gasto inesperado sin problemas y sin tener que recurrir a créditos o préstamos.
Ninguna entidad bancaria premia las cuentas corrientes con intereses
Esto, en caso de que sea una cuenta corriente al uso, que no sea de ahorros ni remunerada. El motivo de ello es porque este tipo de cuentas no son el mejor sitio para mantener los ahorros, ya que prácticamente ninguna entidad las premia con intereses. Por ello, los ahorros a corto plazo, ese del que se puede prescindir por un periodo de 12 meses, se podrá invertir en un depósito a un plazo de un año; mientras que los ahorros más a largo plazo, el dinero que no se tiene previsto tocar en los próximos 5 o 10 años, se podrán invertir en otro tipo de depósitos.
Mantener un dinero justo para los gastos del mes puede acarrear algún problema de liquidez en algún momento, llegando incluso a quedarte en números rojos. Dicha situación puede producir un sobregasto, producir comisiones por parte de las entidades, y el correspondiente endeudamiento, lo que puede derivar en la inclusión dentro de un registro de morosos, en algunos casos.
De hecho, estas comisiones pueden acumularse y generar una carga financiera adicional. Por lo tanto, es crucial encontrar un equilibrio que permita gestionar los gastos cotidianos sin arriesgarse a sobrepasar el saldo disponible.
Es recomendable considerar opciones como los depósitos a plazo fijo
Por contra, si ocurre que se cuenta con más dinero ahorrado en la cuenta corriente, es decir, más allá del importe de tres salarios que aconseja la OCU, se debería considerar la posibilidad de invertir en estos mencionados productos financieros, los cuales son, con diferencia, mucho más rentables.
Al respecto, la OCU considera que el Fondo de Garantía de Depósitos solo garantiza 100.000 euros del dinero en cuentas y depósitos, por titular y entidad. Por este motivo, si se posee ahorrada una cantidad monetaria superior, deberíamos dividirla entre varios bancos. Así, los ahorros tendrán una cobertura de seguridad y no nos quedaremos sin ellos en caso de una improbable pero posible quiebra de la entidad.

