Pelea jefe y empleado. Algo que puede sonarle familiar a cualquiera en su puesto de trabajo. Y es que los temidos conflictos laborales son por desgracia la tónica general en muchas empresas. Por lo que es fundamental aprender a saber cómo gestionar correctamente lo que ahora se conoce en el mercado laboral como las “aptitudes sociales”, entre las que destacan la empatía, la creatividad, la persuasión o la capacidad de negociación.
Se trata por tanto de una serie de habilidades y herramientas de gran ayuda para cualquier trabajador de cara a desarrollar con éxito cualquier tipo de situación complicada de ámbito laboral. Pero, sobre todo, de cara a aprender a cómo responder a un jefe prepotente o tóxico.
¿Qué hacer en esos casos?, ¿cómo se debe actuar correctamente? y, sobre todo, ¿cómo no perder los nervios? Lo cierto es que no siempre es fácil controlar este tipo de emociones, en muchas ocasiones irrefrenables o difíciles de controlar para cualquiera. Sentimientos en los que se combina el miedo, la ansiedad o la propia angustia y que pueden llegan a cruzar la temida barrera profesional, afectando incluso a la vida personal de la persona trabajadora.
4 estrategias para responder a tu jefe sin perder los nervios
No saber cómo lidiar con nuestro responsable o superior nos puede generar a menudo un constante malestar, aunque no solo a nivel mental. De hecho puede incluso llegar a manifestarse de forma física. Agotamiento constante, desgaste psicológico, apatía, falta de motivación, aparición de otras enfermedades o incluso sufrir de depresión o picos de ansiedad.
Tanto es así, que muchas personas prefieren abandonar su puesto de trabajo antes incluso que afrontar este tipo de situaciones confictivas. Pero la cosa no acaba ahí, porque no son siempre los superiores o responsables los que adoptan este tipo de comportamientos, tan perjudiciales por otra parte para el ambiente de trabajo. En ocasiones estos catastróficos momentos también se pueden dar con los propios compañeros de trabajo.
Para que esto no ocurra, ¿cómo lidiar con tu jefe problemático o con ese compañero que solo trae problemas? Estas son las 4 estrategias para contestar a un jefe, salir airoso y, si todo ello fuera poco, llevarlo a tu terreno. Difícil de creer, ¿verdad? Pues es posible si se sabe cómo. Además, no solo cuenta para el entorno de trabajo, sino que también se puede ver reflejado en otras facetas, como las relaciones familiares y de amistad.
Documentarlo todo
Parece una idea descabellada y a su vez difícil de llevar a la práctica, pero es necesario tenerla mayor cantidad posible de pruebas a mano de cara a no jugarse el tipo. Para ello se pueden utilizar herramientas en las que se deje constancia escrita, como el correo electrónico, Telegram o Whatsapp. Para los momentos realmente difíciles, se recomienda grabar un audio con el móvil en el que se escuche la conversación entre ambas partes con claridad.
Controlar la impulsividad
No hay mejor defensa que un buen ataque. Ya lo dice el refrán, pero justo se trata de todo lo contrario. En lugar de ponerse a su altura, lo mejor es mantener la calma. Esto es lo que se conoce en psicología como “responder sin reaccionar”. Un ejemplo. Si esa persona grita o insulta, no hay que entrar en su juego, ya que se puede llegar incluso a perder la razón.
Además, el efecto espejo tiene aquí mucho que ver. Y es que si el otro ve que el oponente no lo ataca de malas formas, no le quedará más remedio que sentirse cohibido y fuera de lugar. Por el contrario, si se hace justo lo mismo, no se llegará a un acuerdo y se perderán los papeles. Es más, se puede llegar a los reproches y las faltas de respeto. Nada recomendable por otra parte si lo que se busca es mejorar el ambiente de trabajo.
Hablar con Recursos Humanos
Otro de los errores que suelen sucederse es trasladar el malestar al equipo de trabajo, expandiendo esta crítica situación a un ratio más amplio que no hará más que agravarse aún más. En este caso, lo correcto es hablar y trasladar los problemas al equipo de Recursos Humanos. Recordemos que son ellos realmente los profesionales especializados en la gestión de personal y, por tanto, las personas mejor cualificadas para saber cómo solucionar la falta de entendimiento entre jefe y empleado.
La empatía
La última herramienta ya es solo para campeones. Hay que entender que en muchas ocasiones la negatividad que se desprende o la prepotencia de un jefe responde a una falta de seguridad en uno mismo. Todo ello motivado, en buena parte, por las frustraciones personales de cada uno.
Aunque parezca difícil, es momento de ponerse en el lugar del otro, sí, por muy raro que parezca practicar la empatía puede llegar a hacernos reflexionar sobre las razones que se esconden detrás. Ojo, no se trata de normalizar comportamientos relacionados con el maltrato laboral o mobbing, pero sí a poner en marcha un nuevo mecanismo que puede servir de gran utilidad antes de tener que dar otro tipo de pasos más duros.
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