Los autónomos en España se preparan para un 2026 con importantes cambios. Tras la implantación progresiva del sistema de cotización por ingresos reales, que comenzó en 2023, los trabajadores por cuenta propia deberán enfrentarse a un panorama que integra más costes, mayor control de sus declaraciones, reformas fiscales y administrativas, y también modificaciones en la jubilación.
Todos son cambios que generan no solo preocupación, sino también nerviosismo en un colectivo que ya soporta una gran carga de trabajo y responsabilidad fiscal. Para muchos, el futuro no solo es incierto, sino que cada vez parece más caro y difícil de afrontar.
Un nuevo sistema para calcular sus pensiones
Uno de los cambios es que a partir de 2026, el cálculo de las pensiones para los autónomos cambiará de manera progresiva. Hasta ahora, se calculaba con los últimos 25 años cotizados. La medida, recogida en el Real Decreto-ley 2/2023, dice que el nuevo sistema tomará los 27 mejores años de los 29 anteriores a la jubilación, dejando fuera los dos peores.
Es con esto que a partir de 2026 se establecerá un sistema dual que será el que determine la base reguladora. Cualquier trabajador podrá elegir el resultado más favorable de entre estas dos opciones:
- Dividir entre 350 la suma de las últimas 300 bases de cotización.
- Dividir entre 352,33 la suma de las 302 bases de cotización de mayor importe comprendidas dentro del período de los últimos 304 meses.
Esto puede beneficiar a algunos, y que los periodos de bajos ingresos pesarán menos en la pensión final. Ante esto, muchos autónomos temen que si sus ingresos han sido irregulares, el cambio reduzca el dinero que recibirán al retirarse. Esto afecta especialmente a los trabajadores por cuenta propia que tengan menos de 46 años hoy, ya que muy probablemente se jubilarán cuando el nuevo sistema esté plenamente vigente.
Las cuotas de los autónomos volverán a subir en 2026
Por otro, los costes de ser autónomo siguen subiendo. En la actualidad, hay varios tramos a los que se pueden acoger según los ingresos estimados, pero la mayoría escogen una cuota de algo más de 300 euros mensuales (es decir, más de 3.600 euros por estar como autónomo, se tengan o no ingresos). Esta cuota no es fija, sino que, con el tiempo, el Gobierno va subiéndola. Y esto es justo lo que ocurrirá dentro de unos meses para miles de autónomos: las cuotas volverán a subir.
Una de las principales razones por las que la cuota de autónomos va a subir, es por el MEI, el Mecanismo de Equidad Intergeneracional. Este es un tributo que llegó en 2023 y que aumenta cada año para la hucha de las pensiones, provocando que las cotizaciones que pagan los trabajadores por cuenta propia aumenten (aunque también les afecta a los trabajadores por cuenta ajena).
Lo que se sabe hasta este momento es que se espera que la subida de las cuotas de los autónomos entre en vigor el 1 de enero de 2026, y esto sería al margen de la negociación de las tablas, que por ahora está congelada y aún no se sabe qué ocurrirá con ellas. El decreto que las regula estableció tres tablas distintas para 2023, 2024 y 2025, pero las negociaciones de las futuras cuotas por ingresos reales aún no están definidas.
Sobre esto, el nuevo sistema busca que las aportaciones a la Seguridad Social se adapten a los ingresos netos reales de cada trabajador. Para ello, se han establecido 15 tramos de cotización según los ingresos mensuales, que van desde menos de 670 euros hasta más de 6.000 euros.
Cada autónomo deberá comunicar su previsión de ingresos al inicio del año y podrá ajustar su base de cotización hasta seis veces si sus ingresos cambian de forma significativa. Al finalizar el ejercicio, la Seguridad Social realiza una regularización basada en la declaración de la renta, lo que puede implicar pagos adicionales o devoluciones de cuotas.
Además, cada declaración y cada factura serán revisadas con más detalle, lo que genera estrés y obliga a dedicar más tiempo a trámites administrativos. Para muchos, cumplir con estas obligaciones se ha convertido en casi un trabajo extra, además del negocio que deben mantener.
La incorporación de ‘VeriFactu’ como sistema obligatorio de facturación electrónica para Hacienda
Es lo que tiene que ver, por ejemplo, con el sistema de facturación digital llamado ‘VeriFactu’ para el que todas las empresas y autónomos se ven obligados a adaptar sus sistemas informáticos de facturación a la nueva normativa de lucha contra el fraude fiscal.
Así pues, todas las facturas deberán incorporar nuevas medidas de seguridad y control para que, al emitir cada factura, se cree un registro a la Agencia Tributaria -con el contenido de la propia factura y datos informáticos- que quede guardado sin posibilidad de modificación y un código QR para facilitar su lectura. Esta obligación arranca el 1 de enero de 2026 para los que tributen en el impuesto de sociedades, y el 1 de julio para el resto de empresas y profesionales.
ATA pide diálogo con el Gobierno para que las reformas no asfixien a los autónomos
Es aquí donde las asociaciones de autónomos como ATA y la UATAE han expresado su preocupación. Señalan que estas medidas podrían dificultar la actividad de pequeños negocios y poner en riesgo el puesto de muchos emprendimientos.
Todas ellas piden al Gobierno diálogo y soluciones que no carguen más sobre quienes ya enfrentan dificultades económicas. Lo hacen reclamando incentivos y facilidades para poder ajustar las cotizaciones según los ingresos reales y herramientas claras para entender cómo afectará la reforma de pensiones a su futuro.
Con el aumento de gastos y un mayor control, muchos autónomos ven más difícil organizar sus cuentas, y hasta divisan la posibilidad de echar el cierre: este año, entre enero y junio, uno de cada veinte pequeños negocios desapareció. Por su parte, quienes han tenido ingresos irregulares temen que su pensión de jubilación sea menor, lo que les obliga a pensar en ahorrar por su cuenta o buscar planes privados para el futuro.

