La escultura de oro macizo de 18 quilates es un inodoro totalmente funcional, obra del artista Maurizio Cattelan que se ha vendido este martes por 12,1 millones de dólares (aproximadamente 10,4 millones de euros) en una subasta en Sotheby’s en Nueva York. La escultura, se llama ‘America’ y ha sido adquirida por “una famosa marca estadounidense”, según ha compartido la casa de subastas.
El precio de salida de la obra comenzó por los 10 millones de dólares (8.673.780€) determinado por el valor actual del oro. En esta misma subasta se vendió por un precio récord de 236,4 millones de dólares (204,1 millones de euros) un retrato de Elisabeth Lederer, obra de Gustav Klimt, realizada entre 1914 y 1916, que ha pasado a la historia como la obra de arte moderno más cara adjudicada en una subasta, propiedad del heredero de la compañía Estée Lauder, el fallecido coleccionista, Leonard Lauder, según The Guardian.
Precio de salida versus precio adjudicación
El precio de salida del inodoro se tasó en 10 millones de dólares que es realmente lo que costaría comprar una pieza de 102,8 kilos de oro de 18 quilates como es el caso, según la cotización actual del oro en el mercado.
Para decepción del artista, la pieza se adjudicó por 12,1 millones de dólares, y tras una sola puja, por lo tanto el valor simbólico de la pieza se cifraría en 2,1 millones de dólares (1,81 millones de euros). Sin embargo, Cattelan consiguió vender su obra más notable —un plátano pegado con un adhesivo a una pared— por 6,2 millones de dólares (5,35 millones de euros) en otra subasta en Sotheby 's.
El robo del inodoro
Cattelan creó dos inodoros de oro macizo en 2016, entre los que se encuentra el subastado. Esta creación es una crítica a la creciente brecha entre ricos y pobres en Estados Unidos, según declaraciones de Cattelan que en una ocasión afirmó “da igual lo que comas, un almuerzo de 200 dólares o un perrito caliente de 2 dólares, el resultado es el mismo en lo que a inodoros se refiere”. Ese mismo año, el Museo Guggenheim expuso una de las dos esculturas, y este mismo centro se lo ofreció al presidente Donald Trump durante su primer mandato en la Casa Blanca, en lugar de un cuadro de Van Gogh que había solicitado.
Posteriormente, fue robado mientras se exhibía en el Palacio de Blenheim, en Inglaterra, por el que dos hombres fueron condenados. Sin embargo, nunca fue encontrado. Los investigadores creen que probablemente fue desmantelado y fundido.