Al llegar a cierta edad, comenzamos a mirar atrás, a pensar en lo que hicimos… y en lo que no. Es entonces cuando aparece un sentimiento que nos reconcome por dentro y surgen los “¿y si hubiera hecho…?”. Para reflejar esta realidad, el creador de contenido Kaizen Rey Libros ha entrevistado a varios jubilados mayores de 80 años, que comparten los errores de los que más se arrepienten y los consejos que dejarían a las nuevas generaciones.
Algunos lamentan las decisiones tomadas, otros lo que nunca se atrevieron a hacer. “Me arrepiento de no haber estado con mi madre. No pude, y eso me pesa todos los días”, confiesa una mujer. Otro lo dice con rabia contenida: “De no haberle dado un par de hostias cuando debí hacerlo”.
La mayoría coincide en una idea: el tiempo, una vez que pasa, ya no vuelve. “Evidentemente las energías se van acabando, y eso es lo peor. Todos los días digo que me acueste y que no me levante”, reconoce un anciano que ha superado cuatro veces el cáncer.
El narrador del vídeo lo resume con una reflexión que invita a mirar la vida desde otra perspectiva: “No es lo mismo arrepentirse cuando tienes 25 años y toda una vida por delante que hacerlo a los 80, cuando ya no puedes cambiar nada”.
“De joven no valoras el tiempo; crees que eres eterno”
Los testimonios revelan una generación marcada por la escasez y el trabajo duro. “Con nueve años ya estaba trabajando, no pude estudiar. Fue una época muy mala”, recuerda uno. Otra mujer añade: “Mi marido y yo trabajábamos día y noche. Salíamos de una cosa y nos poníamos en otra. No había descanso”.
El sacrificio fue su escuela y el trabajo, su única opción. “En esta vida lo primero que hay que hacer es trabajar, trabajar y trabajar. No hay otra cosa”, sentencia un jubilado. “Ahora los jóvenes quieren cobrar mucho y no trabajar nada. Eso no puede ser”.
Pero entre las palabras de esfuerzo también asoma la nostalgia. “Me gustaría haber estudiado, tener más cultura para poder desarrollarme mejor”, confiesa un hombre. Otra mujer, con voz quebrada, lo resume así: “Yo no quise estudiar, me tiró más la diversión. Y ahora me arrepiento”.
“Hay que saber comportarse y tratar bien a la gente”
Pese a la dureza de los testimonios, todos coinciden en una lección de vida: la importancia de la conducta. “Lo principal es saber comportarse, tratar bien a la gente. Eso te abre puertas”, dice un antiguo jefe de almacén que trabajó 24 años en el Ayuntamiento de Oviedo.
La disciplina y el respeto se repiten como valores esenciales. “Hay personas malas a tu alrededor, pero tienes que convivir con ellas, sean como sean”, aconseja una entrevistada. Otra apunta: “El mundo te para los pies. Si eres un sinvergüenza, nadie te mide por la cara”.
El arrepentimiento, para muchos, no tiene tanto que ver con los errores cometidos como con las oportunidades perdidas: “De no haberlo intentado llevar mejor, de no haber sido más cordial”, reconoce un hombre que aún arrastra heridas familiares.
“Ahorra, trabaja y vive”
Cuando se les pregunta qué consejo darían a su “yo” de 20 años, la respuesta es casi unánime: “Que estudie, que se prepare, que termine la carrera”, dice uno. Otro añade: “Ahorra, porque los malos momentos van a venir”.
Algunos, pese al cansancio, aseguran que preferirían seguir trabajando. “Prefiero el trabajo. Me divertía, me gustaba lo que hacía. Ahora estoy aburrido”, afirma un hombre. Otros, más serenos, invitan a disfrutar del presente: “No hay que vivir con ira. Hay que perdonar, porque la ira acumulada te destroza por dentro”.
El mensaje de los jubilados es claro y es que los años enseñan que la felicidad está en lo cotidiano. “No esperes a arrepentirte para valorar lo que hoy está a tu alcance”, termina el video.