En España está totalmente prohibido que las bicicletas circulen por las autopistas, ya que estas vías están reservadas exclusivamente para vehículos a motor. Aunque se trate de vehículos motorizados, no está permitido.
En Francia la normativa excluye de la misma manera a estos vehículos, por eso es imprescindible conocer la regulación para no incurrir en un delito. Este es el caso de un joven de 16 años que fue detenido el pasado sábado 22 de noviembre después de recorrer la autopista A50, a las afueras de Marsella, a una velocidad inusual para una bicicleta y adelantar a una patrulla de la policía que realizaba un control.
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El menor, que conducía un vehículo totalmente modificado, alcanzó registros superiores a los 90 km/h en el momento de la intervención y llegó a marcar un máximo de 121 km/h, según verificaron los agentes y tal como ha recogido el medio francés Midi Libre.
La maniobra desconcertó a los agentes
La situación sorprendió a los policías que trabajaban en un control de velocidad en dirección a Tolón. La patrulla acababa de detener a un conductor que circulaba por encima de los límites cuando, pocos minutos después, una bicicleta de montaña los adelantó por el carril derecho a una velocidad impropia de un vehículo sin motor convencional.
El joven no llevaba casco ni ningún tipo de protección. Uno de los agentes inició la persecución y lo alcanzó cuando el velocímetro marcaba 91 km/h. Tras detenerlo, inspeccionó el vehículo y confirmó que no se trataba de una bicicleta estándar, sino de un modelo profundamente alterado y equipado con un motor eléctrico de 5.000 W, muy por encima del máximo permitido en Francia para ser considerado un vehículo de pedaleo asistido.
Un vehículo preparado para alcanzar velocidades de motocicleta
Durante la revisión, los agentes comprobaron que la bicicleta no tenía pedales y que incorporaba un cuadro electrónico similar al de una moto, con velocímetro integrado. El propio conductor trató de convencer a los policías de que el motor disponía únicamente de 250W, el límite legal, pero la memoria del sistema registraba velocidades máximas que solo pueden alcanzarse con potencias muy superiores.
La cifra más elevada quedó grabada en el dispositivo: 121 km/h, una velocidad que sitúa al vehículo dentro del rango de motocicletas ligeras y que exige permisos y equipamiento que el menor no poseía.
El relato del menor y las consecuencias penales
El adolescente, natural de Marsella, declaró que su GPS “le había despistado” y que por ese motivo había terminado circulando por la autopista, un espacio donde las bicicletas y vehículos similares tienen prohibido el acceso. Además, por su edad, no podía disponer de ningún tipo de licencia para conducir vehículos con motor.
Los agentes abrieron un procedimiento por circular en autopista sin casco y por utilizar un vehículo no autorizado, mientras que la bicicleta modificada quedó incautada de inmediato. El caso ha reavivado el debate sobre la proliferación de bicicletas y patinetes eléctricos alterados, una práctica cada vez más extendida entre los jóvenes.
La normativa española más flexible que la francesa
España y Francia coinciden en prohibir el acceso de las bicicletas y patinetes eléctricos a las autopistas, aunque la regulación española resulta más flexible al permitir su circulación por autovías bajo ciertas condiciones. Por ejemplo, las bicicletas convencionales y las eléctricas sí que pueden acceder a la autovía siempre y cuando circulen por el arcén, y el conductor sea mayor de 14 años.
Francia, por el contrario, mantiene una restricción más estricta en sus vías rápidas. Sin embargo, ambos modelos buscan el mismo objetivo: garantizar la seguridad de ciclistas y conductores en las carreteras.