Un alcalde prefiere una "noche de mejillones y patatas fritas" a 900 kilometros en lugar de ayudar a su pueblo bloqueado y sin presupuestos

El pueblo que no tiene presupuesto lo acusa de abandonarlos para irse al otro extremo del país para priorizar su vida.

Bandeja de ostras |Envato
Fecha de actualización:

Thorame-Basse, un pequeño municipio de los Alpes de Alta Provenza, ha pasado de la tranquilidad rural al hartazgo absoluto. Su alcalde, Bruno Bichon, gobierna (si se puede llamar así) desde la distancia, ya que vive a 900 kilómetros, en Sossais, y apenas pisa el pueblo que dirige. El resultado es que tiene un ayuntamiento bloqueado, expedientes atascados y ningún presupuesto aprobado para 2025.

“Nos sentimos abandonados. Prefiere asistir a una cena de mejillones con patatas fritas en Sossais en lugar de celebrar el Día de la Bastilla en el pueblo”, denuncia sin rodeos el tercer teniente de alcalde, ahora en la oposición, en declaraciones recogidas por La Provence. La indignación ha saltado del despacho al pleno municipal y la mayoría de los concejales ha declarado la guerra abierta a su propio regidor.

La situación no es nueva, pero sí insólita. Bruno Bichon se mudó en 2021 por “motivos de salud” y desde entonces gobierna a distancia. Asegura que viaja “una vez al mes” a Thorame-Basse y que el teletrabajo es suficiente. Pero la realidad, según los cargos electos del pueblo, es que el municipio está “paralizado”, los expedientes “bloqueados” y el presupuesto de 2025 ni siquiera ha sido votado por falta de quórum.

Desde el otro extremo del país, Bichon se defiende y acusa a sus críticos de fomentar el “odio”. “No tienen ni idea de presupuestos ni ganas de abrir un ordenador”, se justifica, al tiempo que preside el comité de fiestas de Sossais, el municipio donde sí reside y participa activamente en celebraciones y cenas populares.

La consecuencia más tangible del conflicto es el futuro incierto de Thorame-Basse. Sin presupuesto, el ayuntamiento no puede garantizar servicios ni inversiones para el próximo año. Desde la corporación municipal evitan dar cifras concretas sobre cuántos vecinos o servicios se ven afectados, pero la alarma ha cundido: el 24 de julio se celebrará una sesión clave para intentar desbloquear la situación.

Bichon ya ha anunciado que no se presentará a la reelección en 2026. Pero para muchos vecinos y concejales, el daño ya está hecho. Thorame-Basse, como tantos pueblos olvidados, paga el precio de un alcalde ausente y de una política a distancia donde la vida real (y los mejillones) pesan más que el despacho.

Archivado en

Lo más leído

Últimas noticias