¿Cómo es de especial tu apellido? Legados familiares aparte, hay algunos que pueden resultar más sorprendentes que otros. No lo decimos nosotros, si no el Instituto Nacional de Estadística (INE), que recopila los apellidos más comunes y raros de España. Y cuando decimos que son raros, nos referimos a que son de lo más extraños, pues muchos de ellos solo lo tienen 100 personas en todo el país.
La curiosidad hace que esta estadística del INE sea una de las más populares, respetando el interés humano de saber cuántas personas están utilizando el mismo apellido que tú. Se puede conocer su alcance con todo lujo de detalles, pues el instituto recoge el número de personas que lo utiliza tanto como primer apellido como segundo.
Además, el INE dispone de un buscador para conocer la frecuencia exacta que tiene un apellido por provincia de residencia, de nacimiento y nacionalidad. Unos resultados de búsqueda que sorprenderá a más de una persona, al igual que la lista con los apellidos menos comunes del territorio nacional. ¿Conocerás alguno de ellos?
Los apellidos más raros de España
Será realmente difícil que conozcas alguno de estos apellidos, aunque puede ser posible ya que, como recoge el INE, hay personas que se apellidan así. Si consideras que tu nombre es especial, o fuera de lo común, ya puedes comprobarlo. Estos son los 15 apellidos más raros de los que se tiene registro en España:
- Zaharie
- Fulga
- Voinescu
- Nati
- Lapadat
- Laszlo
- Lazarescu
- Postelnicu
- Eddoumi
- Svetoslavova
- Charroud
- Dedu
- Nicolaescu
- Barr
- Kassi
- Hmamou
- Bensiali
- Adamson
- Burrows
- Tucci
Los apellidos más comunes de España
Hay un apellido que se repite año tras año en lo más alto del ránking. Es el de García, con el que se apellidaron el pasado 2021 hasta 1,46 millones de ciudadanos. Siguiendo la misma estadística del Instituto Nacional de Estadística, estos son los 15 apellidos más comunes del país:
- García
- Rodríguez
- González
- Fernández
- López
- Martínez
- Sánchez
- Pérez
- Gómez
- Martín
- Jiménez
- Ruiz
- Díaz
- Moreno
- Múñoz
- Álvarez
- Romero
- Gutierrez
- Alonso
¿Cómo surgieron los apellidos?
Hemos podido conocer cuáles son los apellidos más raros y más comunes de España. Pero, ¿cómo surgieron? Si nos remontamos unos cuantos siglos atrás, los humanos solo tenían un nombre. Hasta bien entrada la Edad Media era lo habitual, pero esto cambió con la consolidación de la burguesía. Los burgueses, con suficiente riqueza para adquirir bienes, se encontraron con la necesidad de tener una documentación para acreditar sus propiedades.
A partir de este momento, ya no bastaba con el nombre de pila, necesitando algo más para diferenciarse del resto de personas que se llamaran de la misma forma. Al principio, se empezaba a anotar junto al nombre alguna peculiaridad de la persona. De los oficios, la profesión a la que se dedicaban, surgieron apellidos como Herrero o Alfarero; de los rasgos físicos, los de Tuerto o Moreno; o del lugar de procedencia, los de Toledo o Sevilla.
Son algunos ejemplos, sucediendo lo mismo en otros idiomas, además del español. Con los años, se fueron consolidando, hasta que todo el mundo gozaba de apellido. Antes de la burguesía, solo se apellidaban los nobles, siendo su apellido el nombre de la casa a la que pertenecían. En nuestro país, como referencia, se encuentra los apellidos de Tudor, Lancaster Borbón o Austria.
Lo más leído
-
La Seguridad Social suspenderá la baja por incapacidad temporal si el trabajador rechaza o abandona el tratamiento sin justificación válida
-
Una indigente que pedía en la puerta de un supermercado gastó un euro en un billete de Bonoloto y ganó un premio de más de 1 millón de euros
-
Un hombre consigue jubilarse a los 58 años con una pensión de 2.856 euros después de que la Seguridad Social se la denegara inicialmente
-
Casa gratis, empleo fijo y sueldo superior a 1.600 euros: se buscan 99 personas en este pueblo con playa
-
Precio de la luz mañana, 26 de diciembre, por horas: cuándo es más barata y más cara
-
Una empleada que llevaba más de 30 años en El Corte Inglés es despedida sin indemnización por comer pasteles sin pagarlos: la justicia lo avala