En España, son muchos los profesores los que se ven obligados hacer las maletas ante la imposibilidad de conseguir una plaza fija dentro del sistema educativo español. La oposiciones o la interinidad merma tanto en la voluntad de los docentes que algunos optan por emigrar a otro país con mayores salidas laborales, y si es posible, con mayor sueldo.
Es el caso de Juan Vicente, conocido como Juanvi, un profesor de Granada que lleva más de dos años trabajando en Suecia. En una para el canal de YouTube MeVoyalMundo, el docente ha explicado su experiencia en el país nórdico, poniendo sobre la mesa cuánto dinero gana un profesor en Suecia y las cosas buenas y no tan buenas de este sistema educativo.
Juanvi reconoce que su partida estuvo motivada por la frustración de no encontrar un empleo reglado en España. "En España no están los mejores profesores, están los que mejor se saben las leyes de Educación", sentencia el docente con dureza sobre el sistema de oposiciones y bolsas de trabajo. Ante la perspectiva de trabajar sin contrato o en condiciones precarias, decidió probar suerte a través de LinkedIn, lo que le llevó a una escuela en Karlstad a menos 20 grados bajo cero.
Salarios por encima de los 4.000 euros
Uno de los puntos más atractivos para dar el salto a Suecia es, indudablemente, el salario. Según explica el granadino, las condiciones económicas permiten un margen de ahorro inimaginable para muchos en España, a pesar de que el nivel de vida sea más alto.
"Te puedo asegurar que en Suecia, si quieres, puedes ahorrar mucho más que en España, mucho más", asegura Juanvi. El profesor detalla que el sueldo base para un puesto como el suyo ronda las 28.000 coronas suecas, lo que al cambio supone unos 2.300 o 2.400 euros brutos.
Ahora bien, el techo salarial es mucho más alto si se consigue la titulación específica del país. "Si te sacas el Swedish Teacher Qualification puedes llegar a ganar hasta unos 4.000 o 4.500 euros", matiza. Aún sin ese título máximo, y descontando gastos, el docente afirma que "puedes llegar a ahorrar entre 700 y mil y pico euros al mes" si se lleva una vida ordenada.
Ahora bien, no todo son facilidades en el paraíso escandinavo. El gran escollo que destaca Juanvi es el mercado inmobiliario, altamente regulado y con poca oferta, especialmente en las grandes ciudades como Estocolmo. "La vivienda es lo más preocupante", relata.
El profesor relata que los alquileres son caros y difíciles de conseguir debido a la intervención estatal y las largas listas de espera en portales inmobiliarios. "Hay ofertas de 800 o 900 euros por compartir una habitación en Estocolmo", señala sobre los precios actuales. En su etapa en Karlstad, pagaba unos 500 euros por lo que él denomina un "zulo", un pequeño estudio con servicios compartidos.
En cuanto al día a día en las aulas, Juanvi destaca diferencias abismales con España. "Toda la educación en Suecia es gratis", explica con admiración. Los alumnos disponen de comedor tipo bufé, ordenadores y todo el material escolar sin coste alguno para las familias.
Pero, esta gratuidad total tiene, según su experiencia, un reverso negativo en la actitud de los estudiantes. "Lo malo es que le pierden el valor del dinero", lamenta el profesor. Relata cómo algunos alumnos no cuidan el material porque saben que si lo rompen, el colegio les proporcionará otro nuevo inmediatamente. "Vandalizan ahí porque da igual, le van a dar otro nuevo", apunta.
A pesar de estas diferencias culturales y de que el sistema sueco tiene "menos burocracia" y permite más libertad al docente, la estabilidad laboral no está garantizada para los extranjeros. Al no tener la licencia oficial sueca (Teacher Qualification), que requiere un nivel alto de idioma local, los contratos suelen ser temporales y deben renovarse año tras año, dando preferencia siempre a quien tenga el título nacional.
Pese a los altos salarios y la capacidad de ahorro, el docente tiene claro dónde está su corazón. "Mi sueño, aunque sea cobrar menos, es trabajar en España porque quiero ayudar a los niños", confiesa Juanvi. Su objetivo es acumular experiencia y capital para poder regresar y establecerse en su tierra, aunque anima a todos a perder el miedo a salir. "Viajar es estresante, sí, pero no permitáis que el miedo os evite viajar y disfrutar", termina su entrevista.