Septiembre es el mes de la vuelta al cole y muchas familias ya lo han experimentado en primera persona. Para muchas de ellas, resulta un alivio contar con esas horas predeterminadas donde los niños están atendidos, pero realmente este regreso es un ejemplo más de la falta de conciliación que existe en España. Eva Matsa, maestra, ama de casa y madre de dos niñas pequeñas, lo ha querido manifestar desde sus redes sociales, donde habla sin tapujos de la maternidad, la crianza y la conciliación laboral o familiar.
“Necesito hacer el vídeo para que se hable del tema porque yo no estoy viendo a mucha gente hablar de esto y me parece preocupante. ¿Cómo coj**** vamos a hacer la adaptación del cole de los niños si tenemos que ir a trabajar? Es imposible”, comienza exponiendo. “Los niños necesitan un periodo de adaptación a la escuela, a la escuela infantil, a la escuela de mayores, a lo que sea, que oscila entre una semana o un mes o más, dependiendo de la situación de cada familia”, continúa explicando.
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Hasta aquí, todo bien. El problema, según explica Matsa, es que “o tienes una situación laboral flexible y que, por lo tanto, te puedas coger las vacaciones en este periodo; o con este horario flexible puedas organizarte con tu pareja para que uno vaya de mañanas, otro de tardes y siempre haya uno disponible para la adaptación; o uno de los dos no trabaja, no trabaja fuera de casa, porque yo no sé cómo narices hace esto la gente”.
“Yo no tengo plan B y como yo imagino que habrá más familias”
Matsa explica que, en su caso, el 30 de agosto seguía sin conocer el horario de adaptación que iba a seguir Emma, una de sus hijas, a lo largo del mes de septiembre. “Sé que no hay comedor escolar, sé que tengo una reunión con la tutora esta semana que viene y sé que el día 8 empiezan las clases, pero mi hija no sé si empieza el día 8 porque el periodo de adaptación es escalonado y no todos entran en el mismo día ni hacen el mismo horario. Eso es lo que sé”, advertía entonces.
Asimismo, añadía que ella no iba a ir a trabajar, “uno porque tengo otra bebé y dos porque hay que hacer la adaptación y esta semana preguntaré si la adaptación la podemos hacer con Noa, porque si Noa no puede venir a hacer la adaptación de Emma, tenemos un problema”.
Sobre esto, expresaba que “viendo el panorama de la escuela estoy segura que no me va a poner ningún problema, pero claro, yo no tengo plan B y como yo imagino que habrá más familias, que el plan es o uno de los dos no trabaja o la vida dirá… Que evidentemente es un mes y un mes puedes pedir favores, pero es todo el mes, ¿eh?”, apostillaba.
Para finalizar, anima a los usuarios a que dejen constancia “de la problemática que supone la adaptación” y “de los malabares” que tienen que hacer como familias. O bien, si el caso, exponer que no tienen ningún problema alguno. “Pues coger las vacaciones para hacer el periodo de adaptación. Y no cogerlo para disfrute así de fácil. Pero claro …. La gente prefiere disfrutar de vacaciones que hacer la adaptación bien”, exponía una usuaria, aunque es una opinión que se repite en los comentarios.
“La conciliación no existe.. no solo la adaptación… después los horarios de recogida y llegada son muy poco compatibles con la mayoría de los trabajos… malabares para todo en esta vida…”, respondió otro, mostrando un punto de vista distinto.