Sobrepasar los límites de velocidad que indican las señales, tanto verticales y horizontales, que se encuentran repartidos por las miles de autopistas, carreteras convencionales y vías interurbanas puede llegar a costar muy caro. Un peaje con riesgo incluso de que acaba cobrándose vidas. No solo la del propio infractor, si no la de inocentes que acaben implicados fortuitamente.
Tal y como publica la revista oficial de la Dirección General de Tráfico (DGT), al circular a una velocidad excesiva se triplican el riesgo de sufrir un accidente mortal. Así lo afirma un estudio, en caso real de accidente y sin el uso del cinturón de seguridad, del Departamento de Transportes del Reino Unido (2009). Este comprobó que un choque frontal a 48 km/h existe un 3% de posibilidades de morir; 19% a 64 km/h; 65%, a 80 km/h y un 92% a 96 km/h.
De hecho, es una tendencia recurrente entre los conductores españoles, a pesar de sus altas contraindicaciones. Los datos extraídos por la Fundación Línea Directa y la Universidad de Valencia indican que uno de cuatro accidentes mortales en los últimos diez años responde a esta causa, que en la última década se ha cobrado la vida de 4.452 víctimas mortales.
La DGT estrena señales: los ‘dientes de dragón’ y las ‘líneas quebradas’
Bautizado por la propia DGT de esta manera, y bajo el lema de “trabajamos para mejorar la seguridad vial de las carreteras”, el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha instalado en la localidad burgalesa de Nava de Roa unas marcas viales, hasta ahora, desconocidas por los conductores.
En la travesía de la N-122 (entre los km 293,652 y 294,356) se pudieron observar allá por el pasado mes de septiembre, cuando la DGT realizó sus pruebas experimentales, una iconografía nueva para los conductores.
Las primeras, en forma de flecha apuntándose hacia ellas y ubicadas estas dentro del mismo carril. Estas serían las denominadas ‘dientes de dragón’. Según la DGT, el objetivo es que el conductor tenga la sensación de que la carretera se estrecha, incitándole a reducir la velocidad y extremar la cautela. Algo necesario, por ejemplo, en la entrada a una población.
La otra nueva señalización novedosa son las ‘líneas de borde quedabradas’. Una especie de líneas continuas dibujadas en el suelo en zigzag situadas en los extremos de ambos carriles. Casi como las propias de carga y descarga, pero en lugar de estar coloreadas en amarillo, en blanco.
Su objetivo, también incitando a reducir la velocidad y aumentar la precaución, es alertar de que llega un paso de cebra. se pueden encontrar en los kilómetros 293,652 y 294,356 de la N-122, que es la carretera que conecta Valladolid y Zaragoza, y se une con la A4 portuguesa.
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