Ola de calor. No para de escucharse este verano. Y, al contrario de lo que cabría pensar, no es lo normal. Este 2022 se están registrando temperaturas históricas y no solo en España, sino también en el resto de Europa. La crisis climática, que se ha hecho más que evidente este año, no solo ha elevado los termómetros como nunca antes, sino que también es un aviso de los fenómenos metereológicos extremos derivados del calentamiento global.
Nuestro futuro más próximo no es nada alentador. En la línea anterior, el vaticinio de lo que pasará a finales de verano deberían hacer saltar las alarmas, si no lo han hecho ya. Así se deduce de la alarmante predicción del meteorólogo Mario Picazo, avisando de las graves consecuencias que desembocan del calentamiento de los mares. Se pueden aplicar al propio Mediterráneo, albergando un importante peligro.
Lluvias torrenciales e inundaciones. Son los fenómenos que, según el experto, nos esperan entre el final del verano y el inicio del otoño. Un protagonista que, más allá de los daños evidentes, también tendrá un gran impacto en las especies marinas. Todo provocado por las altas temperaturas que actúan como una “fábrica de vapor de agua”, en sus propias palabras. Otras consecuencias de la ola de calor ya se están viviendo ahora, como son los incendios registrados tanto en la península como en el resto del continente europeo.
Peligros del calentamiento de los mares
La física y meteoróloga Irene Santa, en el portal de El Tiempo, explica qué consecuencias tiene el calentamiento de los mares. Principalmente, supone alteraciones en el régimen de brisas: si no hay apenas diferencia entre la temperatura del mar y la de tierra adentro, las diferencias de presión entre estos regímenes no serán tan atenuadas, por lo que la brisa marina de las tardes no aliviará como de costumbre la sensación térmica en la costa. Se verá notablemente disminuida.
Las noches también serán más calurosas, pues cuando más altas sean las temperaturas del mar, más grados se alcanzan en este periodo. Una prueba, expone Santa, se está viendo este verano en Mallorca: ha registrado recientemente su temperatura mínima más elevada registrada en un mes de julio (26,5ºC), coincidiendo con los días en los que más cálidas se han podido encontrar las aguas en la isla.
No es un caso aislado pues, como ha avisado la Aemet, en amplias zonas del Mediterráneo occidental las temperaturas se han situado hasta cinco grados por encima de los valores habituales. Yendo un paso más allá, si se mantiene esta tendencia en los mares, se creará un escenario favorable a tormentas o lluvias muy fuertes. Tampoco se descartaría una nueva Depresión Aislada en Niveles Altos, más conocida como DANA, lo que potenciará la aparición de lluvias torrenciales.
Saliendo del marco nacional, en Europa también están aconteciendo fenómenos insólitos. Se encuentran los récords en los registros de temperatura donde, por ejemplo, Reino Unido ha superado por primera vez los 40 grados. Volviendo a España, la Aemet también ha alertado de que las olas de calor podrán ser persistentes en los siguientes meses estivales, alargándose hasta el mes de octubre.
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