Carmen Jódar, médica de familia: “El tabaco de calentar no es lo mismo que el de combustión, y la ley debería reconocerlo”

La médica advierte que la nueva Ley Antitabaco no distingue entre productos de combustión y alternativas sin humo, pese a que la evidencia científica muestra una reducción del 95% en los tóxicos.

Carmen Jódar, médica de familia |Archivo
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La médica de familia Carmen Jódar Casanova ha publicado un vídeo en TikTok en el que aclara una confusión cada vez más extendida y es que no todo el tabaco es igual. Ante la inminente reforma legislativa que equipara los cigarrillos tradicionales con los dispositivos de tabaco calentado y los vapeadores, Jódar ha querido explicar las diferencias entre ambos tipos de consumo.

“El tabaco de quemar produce una combustión que genera productos químicos cancerígenos. En cambio, el tabaco que se calienta no produce esa combustión, sino un vapor con un 95% menos de productos tóxicos para la salud”, explicó la doctora en su vídeo.

Según Jódar, este tipo de dispositivos, aunque no son inocuos, sí cuentan con respaldo científico que los considera menos dañinos. De hecho, la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos) los ha catalogado oficialmente como productos de “riesgo modificado”, una categoría que reconoce su menor impacto en comparación con los cigarrillos tradicionales. “Esto no significa que sean seguros, pero sí que pueden formar parte de un camino para que el fumador deje el tabaco”, explica.

La doctora insiste en que el objetivo final siempre debe ser el abandono del hábito. “Podemos ofrecer a nuestros pacientes alternativas que sean un paso hacía dejar de fumar. Pero el mensaje debe ser claro: el tabaco hay que abandonarlo”.

Debate sobre la nueva Ley Antitabaco

Las declaraciones de la médica coinciden con la postura de Fernando Fernández Bueno, portavoz de la Plataforma para la Reducción del Daño por Tabaquismo, que ha criticado que el anteproyecto de la nueva Ley Antitabaco “no tiene en cuenta la evidencia científica sobre las alternativas sin humo”.

“Estamos equiparando productos que son hasta un 95% menos dañinos que el cigarrillo convencional con el tabaco de combustión. Esto no ayuda a reducir el daño ni a que los fumadores encuentren alternativas más seguras”, afirmó el especialista.

La nueva normativa, aprobada como anteproyecto por el Gobierno español, prohíbe los vapeadores desechables, amplía los espacios libres de humo y equipara legalmente los cigarrillos electrónicos, el tabaco calentado y las bolsitas de nicotina al tabaco tradicional.

Qué dice la ciencia

Según varios estudios explican que los productos sin combustión reducen entre un 90% y un 95% los niveles de tóxicos asociados a enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cáncer. En este sentido, países como Suecia y Reino Unido han apostado por estas alternativas con mejores resultados, pues han conseguido menores tasas de tabaquismo y descensos en la mortalidad vinculada al consumo de tabaco.

El humo es lo que mata, no la nicotina”, resumen de forma clara Fernández Bueno, que defiende una política de reducción de daños en lugar de un enfoque puramente prohibicionista.

A pesar de lo que dice esta médico, la Organización Mundial de la Salud (OMS) mantiene una posición contraria a estas estrategias. En la próxima COP11 del Convenio Marco para el Control del Tabaco, que se celebrará en noviembre en Ginebra, se prevé que el organismo impulse regulaciones más restrictivas sobre vapeo y tabaco calentado, pese a la creciente evidencia sobre su papel en la reducción del daño.

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