No son pocos los jóvenes que denuncian lo difícil que es encontrar trabajo en España. O, al menos, con buenas condiciones laborales. Sin embargo, esta problemática parece que también está ocurriendo en otros países, incluso en aquellos donde muchos españoles deciden emigrar para encontrar mejores oportunidades laborales y, por ende, disfrutar de un estilo de vida mayor, como es el caso de Inglaterra.
Así lo ejemplifica el caso de Joe Burgess, un joven de 25 años residente en Felixstowe (en el condado de Suffolk) que, tras solicitar 80 empleos en dos meses, sigue en el paro. Burgess, tras terminar sus estudios, encontró trabajo en una empresa naviera, donde estuvo trabajando dos meses y medio. Sin embargo, la compañía decidió aplicar un despido colectivo en el departamento donde trabajaba, dejando a todos en la calle.
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Tras ello, consiguió empleo en otra empresa de transporte marítimo, pero le despidieron al cabo de seis meses. Esto le llevó a la situación actual, sumando ya tres meses desempleado y sin que nadie le dé una oportunidad. “Ha sido un ciclo constante de despidos. Solo me queda seguir adelante, seguir esforzándome”, afirmó el joven al medio ‘BBC’. Una postura valiente ante esta adversidad que confirma su madre, Amanda Burgess, quien comparte esta frustración y aseguró que su hijo había sufrido “muchos reveses” pero que, a pesar de los mismos, “no se rinde”.
“Es muy frustrante, es un momento aterrador”
El joven, en declaraciones al citado medio, relata que esta situación, de enviar decenas de currículums sin éxito, “es muy frustrante”. Además, tampoco tienen a qué agarrarse, explicando que no hay muchos recursos para aumentar la empleabilidad de los jóvenes: “no hay mucha ayuda disponible. Es un momento aterrador”, relata sobre lo que se está viviendo en el Este de Inglaterra, zona donde el desempleo en los jóvenes de entre 16 y 24 años ha aumentado un 13,6 % en los últimos diez años. En concreto, ha pasado de los 66.000 en junio/agosto de 2015 a los 75.000 en el mismo periodo de 2025.
Esto contrasta con los anuncios del Gobierno inglés, quien aseguró este año que iba a destinar 45 millones de libras esterlinas adicionales para ayudar a “garantizar que ningún joven se quede atrás mientras impulsamos el crecimiento económico”. De hecho, la propia secretaria de Estado de Trabajo y Pensiones, Liz Kendall, declaró que el Ejecutivo no se iba a quedar “de brazos cruzados mientras tantos jóvenes no reciben educación ni formación, lo que les priva de su potencial y a nuestro país de su futuro”.