Drian, un ex encargado de McDonald, que ahora trabaja en Lidl, ha decidido exponer su experiencia cuando trabajó en la cadena de comida rápida estadounidense para desmontar uno de los discursos más repetidos en redes sociales sobre las condiciones laborales en este negocio. Su testimonio, se basa en su franquicia en concreto y así lo aclara “yo solo voy a hablar del McDonald’s donde trabajé. No me refiero a todos”. Su relato pone sobre la mesa prácticas que, según explica, formaban parte de su día a día laboral.
Según cuenta, “nos hacían entrar 15 minutos antes de fichar para hacer el full plan”, un tiempo que no se contabilizaba como trabajo efectivo. A esto se sumaban jornadas especialmente largas: “De 4 de la tarde a 2 o 3 de la mañana, pero solo pagaban 8 horas. Haz cuentas”.
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La presión no terminaba al cerrar el local. “Si te quedaba una patata así de pequeña o un trocito de papel, al día siguiente se llenaba el grupo de WhatsApp de fotos dando a entender que no se había hecho bien el cierre”, explica, dando a entender que el esfuerzo por dejarlo todo correcto no era reconocido. Durante las horas punta, las condiciones físicas también eran complicadas. “En hora punta no podías ni beber agua, ni siquiera en verano, por lo que estar en cocina era agobiante”, explica.
Festivos sin plus, cursos sin pagar y falta de personal
A esta denuncia que Drian ha hecho a través de su perfil de Tik Tok, añade que “domingos y festivos los cobrábamos exactamente igual”, sin ningún tipo de compensación adicional. En cuanto a la formación, reconoce que existían cursos para promocionar dentro de la empresa, pero con un matiz importante: “Te los hacías en tu casita, de gratis”.
A esto se sumaban otras carencias. “No teníamos cesta de Navidad y los superiores te trataban como si fueras una auténtica basura”, afirma. Además, la falta de personal era constante. “En un turno en el que hacían falta más o menos unas 30 personas, muchas veces hemos llegado a ser 12”, relata.
Al comparar su experiencia con Lidl, una empresa habitualmente señalada por la carga de trabajo, Drian es claro. “La mayor queja que hay es que falta personal. Pues allí era igual, pero peor”, sostiene. Frente a eso, destaca que “en Lidl, al menos, los festivos se pagan al 150% más de tu hora y muchos de ellos son opcionales”.
También subraya que existen más mecanismos de protección para el trabajador: “Tienes vías para denunciar abusos, cambiar de tienda y defenderte”. Por eso concluye con una reflexión contundente: “Créeme, hay sitios mucho peores que Lidl”.