Alumnos denuncian que su colegio es una mezcla entre ‘El Juego del Calamar’ y una prisión: baños cerrados, ventanas tapadas y normas ‘inhumanas’

Padres y alumnos aseguran que las nuevas normas del colegio convierten al colegio en un entorno negativo que afecta a la capacidad de concentración y aprendizaje.

Padres y alumnos en un colegio |EFE
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Ya hace unas semanas que comenzó la vuelta al cole y los alumnos han establecido sus rutinas tras la vuelta a clase. Mientras que para muchos volver a clase es algo que se hace con total normalidad e incluso es motivo de alegría, en otros casos volver a las aulas puede ser una pesadilla. Así es el caso de los alumnos de un colegio en la Isla de Wight, en Reino Unido, que han denunciado que el colegio se ha convertido en una mezcla entre “campo de entrenamiento militar” y “El Juego del Calamar”.

Según explicaron las familias de los alumnos afectados en el Daily Mailel curso escolar arrancó con un cambio en las normas del colegio. “Los baños estaban cerrados con una persiana bajada, que solo se abría durante el recreo y la hora del almuerzo”. Durante las clases, ir al baño solo es posible si un profesor escolta a los alumnos con pase médico, y “un niño con parálisis cerebral tuvo que esperar más de media hora a que un ‘compañero de baño’ lo recogiera”.

Pero no solo eso, y es que exponen que las medidas adoptadas por el colegio pasan por ventanas y puertas cubiertas con papel, bebidas saborizadas prohibidas, y un “sargento de instrucción” obligando a los estudiantes a quedarse fuera “bajo la lluvia torrencial durante hasta 15 minutos” antes de entrar a clase. Incluso la música en los pasillos se ha convertido en amenaza, si no llegan a clase antes de que acabe la canción, “sanción”.

Denuncian una privación de las necesidades básicas, cruel e inhumana

Algunos padres han declarado en el medio la situación a la que se enfrentan sus hijos desde que ha comenzado el nuevo curso escolar. “Ha estado llegando a casa triste, hambriento, sediento y llorando. No le permiten ir al baño sin escolta, lo que puede llevar 20 minutos, por lo que no bebe por miedo a que no le permitan ir al baño. Solo tiene 10 minutos para comer su almuerzo antes de que lo echen del comedor, por lo que apenas come”.

Otra de las quejas  es que “muchos de los menores se niegan a beber agua durante el día porque no tienen tiempo de hacer cola para conseguir su almuerzo”, cuenta una madre. “Tienen 35 minutos para almorzar, pero se divide en sesiones de diez minutos para cada curso, y un profesor los acompaña al comedor. Tienen diez minutos para recoger su comida, sentarse y comer. Hoy había niños llorando”.

El control no es solo durante el tiempo de clase, también en el recreo, y es que los alumnos solo pueden sentarse en grupos de 6 y los que se quedan fuera del cupo, se quedan sin poder pasarlo con sus amigos. 

Por todas estas restrictivas normas, los padres y alumnos lanzado una petición en una plataforma online, que acumula más de 500 firmas, pidiendo “una revisión de las normas de seguridad y protección en la escuela”. En el mismo, los alumnos expresan:

“Estas reglas, en lugar de facilitar un ambiente de aprendizaje seguro y propicio, han creado una atmósfera de intimidación. Este entorno negativo afecta nuestra capacidad de concentrarnos en el aprendizaje, ya que constantemente nos sentimos estresados y ansiosos por estas restricciones”.

El ambiente de presión es tal que hay familias que ya han decidido sacar a sus hijos de la escuela. Y es que muchos coinciden en que “lo que están haciendo es crear un ambiente basado en el miedo y la privación de las necesidades básicas que es cruel e inhumano. Quienquiera que haya implementado estos cambios debe rendir cuentas. Los niños no aprenden mientras están en modo de lucha o huida, que es precisamente lo que está sucediendo. Esto no sólo afectará directamente los logros académicos de los niños, sino que también tendrá un efecto perjudicial en su salud mental y su bienestar”.

Mientras tanto, la dirección del colegio defiende sus nuevas reglas. “Al comienzo de este período, introdujimos una serie de cambios diseñados para desarrollar ese compromiso mediante la creación de un entorno aún más tranquilo y seguro que respalde tanto el bienestar como el rendimiento académico... Sabemos que los nuevos enfoques pueden tardar en integrarse y estamos escuchando atentamente los comentarios de los padres, estudiantes y personal”.

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